miércoles, 19 de julio de 2017

Madejuno-Tiro Llago y Aguja de la Canalona

El finde del 8 de julio me invita a ir a picos la cordada rías baixas, coincide justo un año después de nuestra semana en alpes y todos estamos muy animados recordando las grandes actividades que hicimos por aquellos lares. En esta ocasión se nos unen dos compañeros de su club, David que está empezando en esto de la montaña y Esther, que no iba a escalar en principio y que solo la idea de hacer un vivac y dormir bajo un manto de estrellas le parecía suficiente como para acompañarnos, ya lo creo que mereció la pena.

Desde abajo el tiempo parecía perfecto


Quedo con ellos en la estación de Guitiriz a las 7:30 y nos vamos para Espinama, donde llegamos alrededor de las 12 de la mañana. Comemos un poco, nos preparamos para subir y poco antes de la 1 ya estamos andando. Es tarde así que no tenemos muy claro qué hacer, el tiempo es bueno aunque empiezan a entrar nubes del valle por el cable, pensamos en ir a por la Ostaicoechea y si nos da tiempo darle un tiento a la Canalona u otra cosa asequible para completar la tarde pero todos teníamos ganas de arista así que decidimos hacer la aproximación hasta el Madejuno y ver si el tiempo aguanta. A la altura del collado de Fuente Escondida propongo dejar las mochilas de vivaqueo escondidas, total la idea era quedarnos por allí y no tiene sentido seguir cargando con semejante peso más tiempo.

Croquis de la arista de el maquis

Seleccionamos el material para la arista y nos vamos para allá lo más rápido posible. Pasadas las 15:00 llegamos al Tiro Casares y como el tiempo sigue regular pero estable Pichi propone subir hasta el Madejuno y decidir arriba lo que hacemos. Allí en el collado soplaba la hostia y yo pensaba que no estaba el día para hacer la arista, así que la opción de hacer el Madejuno me pareció perfecta, en el peor de los casos nos llevábamos ese pico y la subida era segura porque va bastante encajonada.

Subiendo al Madejuno

En la cima del Madejuno nos damos cuenta de que no sopla nada de nada, así que todo el mundo está de acuerdo en continuar. Aquí empieza la arista propiamente dicha, pasos expuestos con ambiente, rápeles de todo tipo, canalizos, roca rota y delicada... de todo y para todos. Sencillamente me encantó, es una de esas actividades que tiene de todo, un poco de escalar, otro de trepadas fáciles pero donde no hay lugar para el error, rápeles volados... se la recomiendo a todo el mundo.

Empezando la arista

Durante todo el trayecto funcionamos como dos cordadas independientes pero colaborativas de modo que cada una con una cuerda vamos montando y desmontando los rápeles de forma que unos siempre van adelantados y el tiempo se acorta. Casi toda la arista la hacemos sin asegurar, creo que únicamente nos encordamos para el paso del gendarme amarillo pero la verdad es que cada vez me falla más la memoria.

Rápel volado

Sencillamente espectacular

Llegando al Tiro Llago empiezan a caer unas gotas de lluvia que poco a poco empiezan a marcar la roca, entonces le digo a pichi que subamos rápido a la cima para encontrar el paso mientras la roca todavía está más o menos seca y así en caso de que rompa a llover podamos tirarles una cuerda desde arriba a Costas y David que venían justo detrás. Por suerte paró y la roca se mantuvo seca, pero yo ya me había hecho a la idea de lo peor. Lo cierto es que el cielo estuvo bastante oscuro durante toda la actividad pero nos respetó todo el día.

La arista es una actividad muy disfrutona


La bajada del Tiro Llago se realiza encadenando rápeles por una canal con tierra y piedras sueltas bastante pindia donde es imposible avanzar sin tirar algo. Para mí lo peor de la actividad, como te pille bajando por ahí mientras otros rapelan por detrás tuya más te vale que tengan cuidado, porque no estoy hablando de piedras aisladas, aquellos son verdaderos desprendimientos.

Cabaña Verónica

Una vez fuera seguimos los hitos para llegar a Cabaña Verónica por ese terreno caótico. Carlos sale a saludar y nos pregunta qué tal todo, nos contó que había estado Esther por allí y que habían estado siguiéndonos por la arista desde allí. Al igual que nosotros, él también pensó que nos cogería la lluvia y que la liaríamos parda, al final y por el bien de todos no fue así.

Los picos estaban preciosos

Sin pararnos demasiado que ya era tarde volvemos por el camino normal de la vueltona hacia el collado de Fuente Escondida donde Esther tenía ya montado el campamento. Había desplegado un toldo en una de las construcciones abandonadas por si se pusiese a llover por la noche. Después del festín y ya de madrugada nos metemos en los sacos para disfrutar de una noche espectacular. Luna llena, sin una nube que permitía ver cada una de las estrellas del firmamento y con una temperatura agradable. Hacía tanto calor que no pude ni cerrar el saco de 0º en toda la noche.

Campamento base

El despertador suena a las 5 de la mañana, ya es domingo aunque todavía noche cerrada. Como yo me tengo que volver temprano vamos a madrugar lo máximo posible para que nos de tiempo a hacer algo antes de la hora de comer, así al terminar ya me bajo yo para el coche mientras ellos siguen con otra cosa por la tarde. La actividad elegida es la Aguja de la Canalona.

Croquis de la aguja de el maquis

La aguja presente durante casi toda la aproximación

Cuanto más cerca más impone

Antes de las 9 ya estábamos preparándonos en la base de la pared. Pichi abre todos los largos, que son muy divertidos, y poco a poco vamos avanzando de reunión en reunión. El último largo es el más disfrutón bajo mi punto de vista, el que más me costó el de la chimenea, que aunque tiene graduación de IV se resuelve con una técnica muy de clásica haciendo oposición contra la pared, algo que en deportiva no se está muy acostumbrado a hacer.

Preparando la cacharrada

Desde la base se ve alta de carallo

Esther en el collado desde la R2

En la amplia cima de la aguja aprovechamos para sacar unas fotos y rápidamente nos ponemos a rapelar. Por desgracia había gente empezando la vía así que tuvimos que ir con mucho cuidado para evitar tirar piedras y provocar un accidente a otras cordadas. Esto nos retrasó un poco el descenso pero como dicen las abuelas: más vale prevenir que curar.

Los de la cima somos nosotros

En la base de la pared me despido de mis compis por estos dos días espectaculares y me bajo rápido hasta el cable donde me tomo un plato de albóndigas en la cafetería y ya al coche. Todavía me quedaba volver a Coruña pero esa es otra historia que daría para otra entrada del blog.

Yo me piro pero estos van a por Santa Ana




miércoles, 14 de junio de 2017

Travesera de Picos

El sábado pasado fue la travesera de picos. Muchísimos meses entrenando para esta carrera, muchísimas horas en el monte para llegar lo suficientemente fuerte como para que la experiencia sea de disfrute y no de calvario. Este tipo de carreras tan largas exigen mucho, puedes tener un pequeño fallo y estás muerto. El mínimo roce de una prenda, una costura de las zapas, la empuñadura de los bastones... después de 15 horas cualquier tontería puede convertirse en un suplicio. Por eso son muchas cosas a tener en cuenta, a experimentar durante la temporada. Muchas horas corriendo centrado para esta carrera, para aprovechar al máximo cada entrenamiento, para que no decaiga la motivación. Muchos entrenamientos también forzados, no físicamente, pero sí de cabeza. Luchando contra la tentación de quedarse en casa en días de lluvia, granizo o frío. Momentos buenos y malos, muchos sacrificios para no perder un entreno. Del tiempo de la oficina no se puede racanear, de las tareas de casa hasta cierto punto tampoco. Al final acabas perdiéndote las cañas de los jueves con los compañeros de trabajo, las cenas de colegas los sábados por la noche y las mañanas del fin de semana retozando sin prisa en la cama.

¿Merece la pena? Tendrás que leerlo todo para saber la respuesta.

Días antes de la competición me llegó un email de la organización con una encuesta anónima para realizar un estudio del perfil psicológico del deportista extremo. A casi nadie le gusta cubrir encuestas, las preguntas suelen repetirse bastante y la valoración de cada una de estas puede parecer muy evidente, pero tengo que reconocer que lo de deportista extremo me picó la curiosidad, y abrí el cuestionario. Conforme iba pasando preguntas más tiempo necesitaba para darles respuesta. Estas preguntas estaban muy bien escogidas, eran cuestiones que nunca me había realizado y que me tocaron por dentro. Os dejo algunas para que os hagáis una idea:
  • Me siento orgulloso de las cosas que he logrado
  • Mi vida tiene sentido
  • Mi actividad (carreras de montaña) está en armonía con las otras actividades de mi vida
  • Esta actividad es la única que verdaderamente me activa
  • El ejercicio es la cosa más importante de mi vida
  • Han surgido conflictos con mi pareja /familia en relación a la cantidad de ejercicio que realizo
  • Me gustaría practicar más ejercicio físico que estar con mi familia y amigos
Esto solo es una pequeña muestra del total de preguntas, había algunas de carácter general y otras en las que te podías sentir más identificado. Tengo que reconocer que varias me inquietaron bastante. Actualmente estoy atravesando por un momento difícil en lo personal. Por tanto es tiempo de meditación interior y de pensar en cómo se ha llegado a esta situación. Es cierto que para entrenar una ultra hace falta dedicar mucho tiempo al deporte, y si tu pareja no comparte afición es tiempo en el que estaréis separados. ¿Se puede mantener una relación entre una persona sedentaria y otra extremadamente activa? Yo creo que sí, aunque solo tengo uno de los dos puntos de vista. En cualquier caso, creo que todo el mundo que hace deporte de forma seria debería hacerse este tipo de preguntas, le ayudarán a conocerse mejor y a decidir qué es lo que quiere ser en la vida.

Después de esta reflexión vayamos con la actividad que da título a la entrada. La carrera sale el sábado 10 de junio a las 2 de la mañana, esto es la noche del viernes. Es una hora bastante rara bajo mi punto de vista, teniendo en cuenta que amanece pasadas las 6 de la mañana bien se podían esperar unas horas y así salir de día, pero la decisión no es mía. Teniendo en cuenta que la charla técnica de la carrera es el viernes a las 19:30 y que hasta las 21:30 no volvería al hotel en Canales, no tenía mucho sentido dormir antes de la carrera ya que entre la cena y preparar el material quedaba poco tiempo para la salida. Finalmente mi estrategia consistió en dormir una siesta después de la comida de unas 3 horas, antes de la charla técnica.

En el hotel estaban alojados más corredores, la selección de castilla y leon con David López Castán al frente y unos corredores andaluces que venían desde Morón de la frontera (un saludo si leéis esto ;) ). Ellos mismos me llevaron hasta Covadonga ahorrándome una pasta del taxi.

En la salida me encuentro con Diego y Fernando también de Ártabros que iban representando a la selección gallega, este año la travesera era el campeonato de españa de ultras. Allí estamos cientos de corredores concentrados en unos pocos metros. A pesar de la hora, la música a todo trapo, las luces parpadeantes, los cientos de luces de frontales y lámparas rojas traseras consiguen estimularte al máximo, una vez allí estás deseando que el speaker empiece la cuenta atrás de una vez para ponerte a correr.

Empezamos subiendo por una carretera asfaltada que va cogiendo inclinación poco a poco, la gente ha salido escopeteada bajo mi punto de vista, ya que tenemos 74km por delante. Al poco hay un desvío hacia la izquierda donde ya se estrecha bastante el camino y por momentos solo permite una fila de a uno que forma bastantes colas. Aquí perdí bastante tiempo, por momentos te llegabas a mosquear porque podías estar parado 1 minuto entero sin dar un paso. Vamos cogiendo altura y estos embotellamientos van desapareciendo hasta que llegamos a la vega de enol. Aquí miro el reloj y me parece muchísimo tiendo lo que he tardado en llegar, pero bueno hay margen y me encuentro bien, bebo un par de vasos de isotónico y tira millas por la pista. Era la primera vez que iba por la pista a pie, cuantas veces habré pasado por allí en coche para dejarlo en el aparcamiento de pandecarmen. En la pista le damos bastante zapatilla, hay que aprovechar porque en esta carrera no abundan las zonas correderas. Así llegamos a Pandecarmen, este camino lo conozco. Llegamos a la altura del refugio casi sin darme cuenta, últimamente siempre que pasaba por allí iba cargando con cuerda y ferralla como un mulo, menuda diferencia! Vamos subiendo y subiendo y el collado de la fragua se va acercando.

Desde el collado hasta la mitad de la canal de mesones me encuentro bastante mal. Había comido y cenado demasiada cantidad y salí con el estómago muy pesado. No me molestaba para correr pero tampoco tuve apetito durante las primeras 4 horas, lo cual hizo que no comiera nada. Empecé a venirme abajo y a notarme cansado. No me lo podía creer, si todavía estaba rondando los 20km y me quedaba un mundo por delante. Entonces caí en la cuenta de que no había comido nada desde la salida y paré para tomarme una barrita doble (Endurance bar de Victory) y otra más una hora después. Gracias a esto reviví por completo y para cuando estaba llegando al avituallamiento de Caín ya me encontraba genial otra vez.

Entrando en el pueblo veo a Pocho y a Trota con la bandera del foro animando, menudo subidón. No me habían dicho nada los cabrones y no esperaba verlos por allí, fue un subidón de energía poder charlar con ellos mientras me atiborraba de todo tipo de dulces del avituallamiento.

Las grupis dando mucho cariño

Creo que estuve bastante rato allí con ellos, me despedí y me fui a cruzar el puente pensando en lo que me tocaba ahora... dobresengos. La verdad es que le tenía muchas ganas de subirla porque semanas atrás la había subido para entrenar y aquel día había sido mágico, uno de esos días de monte que no se te olvidan. Iba subiendo e iba pensando en algo que me habían dicho mis compis al llegar a Caín: "Vas muy bien! te ha sobrado una hora para llegar aquí". Había tardado 6 horas en llegar a ese punto y el tiempo de corte estaba en las 7:15. ¿Iba bien? Por un momento me asusté, no es que vaya yo sobrado en los ultras pero tampoco esperaba luchar contra los tiempos de corte. Mi estrategia era salir atrás e ir ganando posiciones hasta encontrar mi ritmo, porque era mi primera travesera y no tenía referencias anteriores. Pero quizá hubiera salido demasiado suave, está claro que una hora de margen no es nada, se puede perder en el más mínimo percance, así que empecé a darle más caña. Poco después de pasar la fuente me cruzo con una chica que bajaba, iba a abandonar por culpa de la barriga. Solo de pensar que aún tenía que llegar hasta poncebos para que la recogiera un medio mecánico me hizo pensar en que hasta abandonar es duro en esta carrera, no basta con parar y esperar en una pista a que aparezca un 4x4, o acercarse a la carretera más cercana, había que caminar horas para abandonar. 

Me costó llegar a la horcada de caín, fue mucho más duro que el día del entrenamiento. Se notan los 28km que llevas encima (y el desnivel) antes de ponerte a subir. Encima la bajada hasta urriellu tenía muchísima menos nieve, y el camino es mucho más tortuoso. Aquel día podíamos atravesar los neveros a toda prisa pisando con mucha seguridad, pero hoy los caminos blancos de aquel día eran verdaderos pedregales.

En Urriellu me doy cuenta de que voy bastante cansado, no llevo ni 40km encima, apenas algo más de la mitad de la carrera. Pero me anima pensar que poco más arriba está collada bonita y luego ya es todo para abajo hasta la vega de sotres, así que le doy la vuelta al urriellu muy animado. Era un gran día y se veían cordadas por todas las paredes del picu, una pena no poderme sentar a contemplarlas un rato.

La bajada por moñetas la hago mejor de lo esperado, el día del entreno no estaba balizado el recorrido y dudamos un par de veces, pero esta vez la línea era clara pasando entre las simas de la zona con total confianza. 

En el avituallamiento de la vega estoy muy contento, pienso que tan solo quedan 25km para meta, y un "pequeño" obstáculo de por medio, el canalón de Jidiellu. Sobre el papel son solo 1000m de desnivel, yo nunca lo había subido y Diego me había dicho que era un punto bastante crítico en la carrera, pero realmente pensaba que estaba exagerando. Aquello fue durísimo, subir por allí bajo ese calor abrasador fue terrible, cada vez pasaba a más gente, había zombies descansando en los laterales del camino durante toda la subida. Nadie llevaba agua a mitad de la subida, a mí me quedaba una poca que iba racionando ya que sabía que no había fuentes. La subida se me hace eterna, el no conocer la zona se paga y mucho. Llegando casi al final resulta haber un hilo de agua en el que un paisano va rellenando botellas de agua para los corredores. 

No lo había dicho hasta este momento pero esta carrera tiene una cantidad de espectadores increíbles. Hay que tener en cuenta que para llegar ahí arriba hay que meterse un palizón, y esta gente sube cargadoa con bebidas y comida que reparten entre los corredores. Otro paisano diferente me ofreció media lata de cocacola y una bolsa de gominolas que me vinieron como caídas del cielo ¿qué más se puede pedir? 

Al final de Jidiellu hay una zona técnica equipada con cadenas que me gustó mucho, a partir de ahí sendero regular hasta llegar a Andara donde ya cogemos la pista que baja al Jitu. La pista se me hizo larga, y eso que le di zapatilla con kilómetros a 5min/km. Puede parecer no muy rápido pero tengan en cuenta señores que aquí llevaba ya 60km encima.

En el avituallamiento me lo vuelvo a tomar con calma, está hecho me digo. Todo el mundo dice que la bajada es un trámite. La gente sigue animando y diciendo que está hecho. Mucha gente dice que "entramos", realmente esos comentarios no me hacen gracia porque no he venido aquí a pelear por los primeros puestos de la carrera pero tampoco a sufrir para terminar. En fin, vamos bajando un poco con la mosca detrás de la oreja por que en esta "bajada" a Arenas todavía se suben unos 400m+. A mí me parecieron más la verdad, por la zona de Portudera hay bastante sube y baja y todos los voluntarios dicen que este es el último repecho, pero siempre te acabas encontrando otro más después.

¿El Urriellu? Pero si acabo de estar ahí

A estas alturas te vas haciendo tus cálculos estimando la hora de entrada en meta ¿bajaré de 17 horas? Esto lo pensaba antes de llegar a los toboganes de Portudera, una vez encontradas las cuestas pensé que al menos lo haría en 17:30. Pero entonces llegamos a la senda de caoru. Aquello está puesto a mala fe. ¿A quién se le puede ocurrir poner eso para terminar una carrera tan dura? Me puse de bastante mal humor y comencé a andar, y empezó a pasarme gente. Los iba contando, un voluntario me había dicho poco tiempo atrás que iba sobre el 125 en la clasificación, así que iba sumando posiciones, 126, 127, me pasan 3 golpe, 130... joder cuánta gente me cago en la leche. Intento engancharme a unos pero la molestia que tenía en la rodilla y que había comenzado en jidiellu de forma muy leve había ido aumentando progresivamente hasta llegar al punto de que no me hacía mucha gracia forzar más de lo necesario. Así que alternaba andar y correr. Esos últimos 4km de bajada hasta Arenas fue lo más duro de la carrera con diferencia, porque encima es que ves Arenas allí abajo y sabes que todo el camino que queda es así hasta el final. Muy duro psicológicamente, pero se trata de un trámite, hay que ser fuerte e intentar avanzar. Al final llegas a una pista asfalta que te mete en el pueblo, te hace rodear toda la general hasta entrar en meta. La gente no para de aplaudir, es increíble. Increíble de verdad, gente joven, gente mayor, niños, todo el mundo te aplaude con fuerza. Y por fin llego a meta, me emociono. Me doy cuenta de que un voluntario me está mirando y se me pasa la tontería, pero he llegado, se acabó. Me giro y veo el tiempo, 17:20.

Ta fecha

miércoles, 10 de mayo de 2017

Blocando en Arico

Aprovechando que estaba de vacaciones y que lo del Teide no me había dejado muy indispuesto me fui a hacer algo de bloque a la zona de Arico. En Villa de Arico pude alquilar una colcho por un par de días aunque al final solo escalé uno, suficiente para dejarme los dedos en el basalto local.

Preparado para darlo todo

La escuela está a una media hora larga de los cristianos en coche, hay que bajar a un barranco desde el pueblo de Arico Nuevo, y la verdad es que tiene suficientes bloques para pasar unos días. Yo me dediqué a probar todos los que vienen en la Guía Boulder de Tenerife con grado hasta V+ de los sectores alto y medio. Me hubiese gustado volver otro día para ver el sector bajo pero me faltó tiempo.


Había bloques de todo tipo, en alguno eché de menos un porteador

Vista del sector alto desde arriba

martes, 9 de mayo de 2017

Teide - Ruta 040

No recuerdo exactamente cómo ocurrió pero fue hace ya bastante tiempo cuando descubrí la ruta 040, una línea para subir al Teide desde el nivel del mar. El Teide es con sus 3718 metros la montaña más alta de España, se trata por tanto de una cumbre a la que hay que peregrinar tarde o temprano.

Aprovechando la preparación para Travesera, se me ocurrió meter esta actividad alrededor de un mes antes de la carrera. La ruta son unos 54km ida y vuelta con 4.000 metros de desnivel positivo y otro tanto negativo, ya que la ruta es circular. Laura estaba encantada con la idea de ir unos días a Tenerife porque ella es tanoréxica y no concibe un viaje sin playa. Lo más difícil fue cuadrar nuestros calendarios, el mío por carreras en las que ya estaba inscrito entre mayo y junio y también porque no quería que estuviese demasiado próximo a la cita de Picos, para tener el tiempo suficiente de descansar y recuperarme al máximo para la ultra. Al final decidimos marchar el 3 de mayo y volver el día 8, no es una semana completa pero es suficiente tiempo para que se me presentasen buenas condiciones para poder subir arriba con seguridad. Mi idea era realizarlo en solitario por lo que cuanto mejor tiempo y menos complicaciones pudieran plantearse mejor.

En un principio las fechas no me apasionaban porque el día 23 de abril había corrido la Camovi, la maratón de montaña de Viveiro, y una semana después, el 30 de abril tenía el trail del Xalo, una carrera que me encanta y a la que acudo año tras año. La del Xalo suele ser una de esas carreras en las que lo doy todo y me sirven para medir mis progresos con respecto a otros años, pero esta vez no iba a poder ser así ya que una semana después de correr una maratón, por muy tranquilo que se vaya, no se está a tope para competir (al menos a mi nivel). Lo importante era correrla para disfrutar y sin calentarme demasiado porque no quería comprometer el viaje de Tenerife 3 días después.

La misma semana del viaje todavía dudaba de mi estrategia con la ruta, había básicamente los siguientes opciones:

  • Completar la ruta ida y vuelta (~54km y 8000m desnivel acumulado)
  • Completar la ruta solo ida (~27km y 4000m positivos)
  • Completar la ruta ida y la vuelta solo de forma parcial recogiéndome laura en algún punto intermedio para hacer entre 30 y 40km de distancia

Todas las opciones eran buenas ya que a mí lo que realmente me interesaba era el desnivel positivo, el tema de volver al punto de partida era algo secundario y que además me daba algo de miedo por terminar con molestias o alguna lesión que me perjudicase el último mes de preparación para Travesera, esta duda se mantendría hasta los últimos días, finalmente por simplicidad realizaría la ruta completa para no tener que andar moviendo el coche.

El vuelo para Tenerife salía de Santiago a las 6:30 de la mañana, como Laura quiso facturar una maleta teníamos que llegar al aeropuerto alrededor de las 5 de la mañana, lo cual suponía salir de Coruña a las 4 y levantarse a las 3. Esa noche no pegué ojo, dormiría un par de horas de mala calidad de sueño y luego en el avión otro par de horas. No suelo dormir en el avión pero esto demuestra la falta de sueño que tenía. Ya en Tenerife tenemos que esperar a que nos den la habitación del hotel así que me voy a hacer la compra y después de comer intento echarme una siesta. Dado que las condiciones eran buenas iba a intentar lo del Teide esa misma noche, aunque no iba a llegar muy descansado quería ir cuanto antes para quitármelo de encima y aprovechar el resto de días en Tenerife para descansar y recuperar a tope.

Foto del objetivo desde el avión

Lo de empezar de noche en lugar de por la mañana era por varios motivos:

  1. Por la noche la temperatura refresca, esto es importante ya que no es lo mismo hacerse la ruta con 25º que con 15º. Además no hay fuentes por el camino, lo cual complica mucho la logística si se hace de día, teniendo que dejar agua por el camino para avituallar.
  2. Para subir los últimos 200 metros del Teide es necesario obtener un permiso. Por supuesto yo no lo tenía porque hay que solicitarlo con mucho tiempo de antelación y además es para un rango horario concreto, lo cual está muy bien si subes en teleférico, pero si subes a pie calcular la hora de llegada es algo más complicado. Si no tienes permiso las opciones que te quedan es pasar por ese punto de control antes de las 9 de la mañana o después de no sé qué hora por la tarde, que es cuando supuestamente se pone alguien en el torno.
  3. La Travesera sale a las 2 de la mañana así que me pareció interesante hacer un entreno nocturno, y qué mejor que uno como este donde iría casi igual de cargado que en el ultra.


Otra de las cosas que daban vueltas en mi cabeza era sobre la hora de salida, tenía que salir lo suficientemente tarde para no llegar arriba antes de las 7:30 de la mañana, que es cuando estaba programado el amanecer. Pero tampoco podía llegar más tarde de las 9 de la mañana porque entonces podrían prohibirme subir la última parte por carecer de permiso. Sería ridículo que después de hacer 27km me quedase sin los últimos 500m por un papel pero estas cosas son así. La idea era ir ritmo ultra, así que no tenía nada claro cuánto me llevaría alcanzar la cumbre. Finalmente, me decido a salir entre las 12 y la 1 esa noche.

Material para la "prueba"

Después de cenar un buen plato de pasta me pongo a preparar las cosas, la verdad es que iba a ser una buena prueba para travesera, porque prácticamente llevo todo el material obligatorio excepto crampones y alguna cosilla más. Dejo el hotel alrededor de las 23:30, más tarde de lo previsto, y me voy con el coche hasta la playa del Socorro. Iba con muchísimas ganas pero conducir a esa hora de la noche hace que me entre algo de sueño, antes de salir me tomé dos tés porque el café no puedo probarlo antes de las competiciones pero parece que no es suficiente cafeína.

En la playa del Socorro me encuentro bastantes más coches de los que esperaba, es una zona un poco apartada y parece que la gente va a hacer botellón y a tomar otras cosas. No me hace mucha gracia que me vean salir con estas pintas por si se les ocurre entrar en el coche (donde dejo la cartera entre otras cosas), por eso al final paso de hacer el numerito de tocar el agua del mar antes de salir para evitar llamar demasiado la atención y a la 1 de la mañana le doy al play del Garmin.

Selfie antes de salir


El comienzo de la ruta consiste en deshacer el camino de bajada del coche hasta la nacional, menuda subidita. Luego en la carretera hay que volver unos metros hacia atrás hasta coger un desvío a mano izquierda que se mete por unas fincas y que sigue cogiendo altura. Toda esta primera parte transcurre por zonas urbanas, enlazando pueblos y sin dejar de ganar altura de forma muy rápida. A partir de los primeros 5km dejamos de ver tantas casas y pistas asfaltadas para encontrarnos pistas de tierra. Al principio se me pasó bastante rápido el tiempo, cuando llevaba 2 horas y unos 10 km tuve que parar a ponerme la camiseta térmica, había salido con pantalón y camiseta corta porque hacía bastante calor a nivel del mar, pero aquí a unos 1000m y con la brisa que soplaba ya se me congelaban las manos, calculo que estaríamos por de bajo de los 10º. Más o menos iba tomando una barrita cada hora que pasaba, e iba encontrándome muy bien, la verdad es que no iba corriendo pero caminaba con paso ligero y estaba manteniendo los tiempos previstos.

La zona más frondosa fue la más dura para mí ya que había muchos más senderos y cruces que en el resto de la ruta, obligándome a revisar el track continuamente para evitar hacer kilómetros de más, y aún así me perdí varias veces, lo cual no me hacía nada de gracia ya que sabía que a la vuelta pagaría caro esos kilómetros adicionales. Una vez llegado a la entrada del Parque Nacional del Teide los senderos vuelven a estar bien marcados y los dudas se reducen. Hay algo que me sorprendió muchísimo durante todo el tiempo y es que la ruta no está marcada de ninguna forma, había leido alguna noticia de que habían destinado una partida para mejorar la señalización pero imagino que las obras todavía están por llegar.

Empieza a clarear el día cuando me encuentro en la base del Teide, y me amanece llegando al refugio de Altavista. Allí aprovecho para ponerme las mallas largas y saco el gore. Es la segunda vez que cambio ropa en toda la actividad, aunque por momento llevaba las piernas frescas fui bastante cómodo con los pantalones cortos. Tenía algo de miedo por no llegar a tiempo al punto donde piden el permiso de paso a cumbre así que intento no perder mucho tiempo en el refu y continúo hacia arriba. Esta parte del Teide es mucho más técnica que el resto de la ruta, aunque no tiene ningún problema de acceso si que puedes hacer uso de las manos en algún momento para pasar por algún sitio entre piedras, aunque no es necesario trepar. Cuando llego al punto de la estación superior del teleférico compruebo con alivio que no hay nadie allí así que sin mirar mucho me cuelo por allí y tiro para arriba, me cruzo bastante gente que ya bajaba de cumbre desde esta última parte del refugio, sin embargo no había visto a nadie en el resto de la ruta. Creo que todos los que estaban allí habían dormido arriba esa noche.

Foto recién llegado al refu


Según vamos acercándonos a la cima el viento va aumentando, incluso me obliga a parar en algunos momentos de la fuerza que tiene. Yo voy solo y no tengo ganas de despeñarme por culpa de una ráfaga de viento, así que voy poco a poco buscando las piedras utilizándolas de parapeto para ayudarme a avanzar. Casi sin darme cuenta llego al punto más alto, en el que no se aguantaba, y rápidamente retrocedo unos metros hasta una zona propia de vivaqueo que estaba perfectamente protegida donde me detengo un rato a descansar, contestar mensajes y sacar fotos. Al final he tardado algo más de 7:30 en cubrir la distancia entre la playa del Socorro y el Teide, 29km y 3900m+. Me parece bastante y aunque no me vengo abajo sé que la vuelta va a ser dura después de estar toda la noche de "fiesta".

Vistas desde la cumbre

De vuelta en el refu como media tableta de chocolate que llevaba y empiezo a adelantar gente por el sendero que baja, me siento mejor de lo esperado. A medio camino de la bajada tengo que parar a quitar ropa, me visto de corto de nuevo y cargo las mallas, térmica, guantes y gore en la mochila chaleco. Voy avanzando bastante rápido, la zona del parque del teide es muy desértica con caminos arenosos que se hacen cómodos de bajada así que veo como van pasando los kilómetros por debajo de 6 min el kilómetro. Eso me da muchos ánimos e intento prolongar lo máximo estas buenas sensaciones. Prácticamente saliendo del parque veo como empieza a meterse una nube que me da sombra e incluso cae alguna gota que sirve para refrescarme, pero estas gotas esporádicas dan paso a chaparrones de los buenos que me calan hasta los huesos. La verdad es que no me importa mojarme, voy contento bajo la lluvia pensando que así pasaré menos calor en la bajada, en ningún momento imaginé lo que se me venía encima.

Mirada atrás antes de que la nube se tragase el volcán


Debido a la lluvia caída, los últimos 10 kilómetros de la ruta se habían convertido en una trampa mortal. No se parecen en nada a cómo los había dejado yo unas horas antes. Los senderos de roca pulida, no sé si coladas de lava de otro tiempo, eran puras pistas de patinaje. Era imposible avanzar de forma rápida y segura por esos caminos. Y cuando llevas 50 kilómetros encima no te apetece nada andar jugando a caerte en el medio de la nada. Esto hace que baje mucho el ritmo y empiezo a dudar de si llegaré a tiempo para comer el chuletón con Laura en los cristianos. Cuando pasa la zona de senderos de piedra lavada, yo pensé que ya estaba hecho, pero resultaba que las pistas de tierra también estaban impracticables, se habían transformado en un barro duro en el que las zapatillas no agarraban nada y que provocó que incluso me cayera dos veces, poniéndome bonito de barro de los pies a la cabeza. Al menos no me había hecho daño, había sido un daño más en el orgullo que otra cosa. Tantas horas corriendo por el monte sin ningún imprevisto y me va a quedar mal sabor de boca por culpa del final. Lo cierto es que llegué muy mosqueado al coche, pero ahora mismo, días después de haber terminado tampoco parecía tanto infierno, ahh, nuestra querida memoria selectiva hace bien su trabajo.

Dándonos un caprichito

Al final salieron casi 12 horas para 58.60km y 8.000m de desnivel acumulado, de las cuales 10 horas 40 minutos fueron en movimiento. Mucho de ese tiempo perdido fue mirando el track, la próxima vez lo meto en el reloj además de en el móvil. Sin duda este tiempo es muy mejorable conociendo la ruta y yendo un poco rápido, pero yo estoy contento con él porque mi idea era hacer un entreno de calidad para Travesera y sin duda en una carrera, en un entorno controlado, lo hubiera rebajado bastante.

https://www.strava.com/activities/970610455

Ahora ya solo queda recuperarse para otra, y qué mejor que tirarse en la tumbona para cargar las pilas a tope!

Pensando en la siguiente





sábado, 22 de abril de 2017

Entrenando escalada

Hace unos 5 meses que me he puesto en serio con el tema de la escalada, aunque sigo sin salir demasiado a roca porque los entrenos de trail no me dejan mucho tiempo (o energía) para ir a escalar el fin de semana, sí que intento ir al menos dos días al rocódromo para entrenar de forma regular.

Gracias a Tuko, que nos entrena de forma altruista, he mejorado muchísimo y voy aprendiendo cómo se planifica un entrenamiento de escalada. Aunque llevo muchos años entrenando otros deportes la escalada se entrena de forma muy específica y los ejercicios de fortalecimiento de dedos por ejemplo son algo exclusivo de este deporte.

Así que tras muchas semanas de hacer todo tipo de dominadas, suspensiones, series en el campus y travesías por el desplome soy capaz de estar escalando todo el día vías que antes suponían un reto para mí y llegar a casa sin los antebrazos agarrotados. Puedo intentar vías a vista que antes ni se me ocurría probar en top y esta semana estamos de celebración porque he encadenado mi primer 6c.

Haciendo una travesía de 50 movimiento con un chaleco lastrado

Aunque para la gente que lleva años escalando 6c es un grado muy modesto hay que tener en cuenta que yo nunca había encadenado ni un V antes de empezar con este entrenamiento, siempre me colgaba en top y tampoco había probado más allá de un V+, por eso significa tanto para mí.

Lo bueno de ir aumentando el grado es que tienes un abanico más amplio de vías para hacer, ya que cuando empiezas a escalar al final te limitas a hacer IVs y Vs, y al menos en las escuelas que tengo cerca de casa tampoco abundan demasiado, al final terminas repitiendo las mismas vías una y otra vez.

Prueba de esfuerzo

El jueves realicé una prueba de esfuerzo en Efisaude. Hacía años que tenía ganas de hacer una para comprobar que todo está bien y que puedo hacer deporte sin ningún tipo de limitación.

Para correr la travesera se necesita aportar un certificado médico conforme no se tiene ningún problema para correr carreras de larga distancia, y aunque no exigen que también se realice una prueba de esfuerzo sí que lo recomiendan, ya tenía la excusa perfecta.

En Coruña hay varias clínicas deportivas que ofrecen este tipo de servicios, en mi caso me decanté por esta porque fue la que me recomendó Óscar, mi entrenador.

Para obtener cita a una hora razonable (después del trabajo) hay que esperar bastantes semanas, así que más vale empezar todo el proceso con tiempo, en mi caso creo que tuve que esperar 3 semanas para hacer la prueba. La idea es ir descansado como para una competición porque en la prueba de esfuerzo se va a darlo todo. Sin embargo la consulta médica incluye otras pruebas además de la prueba de esfuerzo. Primero se revisa el historial clínico del paciente y su familia, sus hábitos alimenticios y de entrenamiento...etc. Luego viene una exploración física, donde también se hace un estudio de la pisada muy básico. Después una ecografía y por último la prueba de esfuerzo donde nos conectan electrodos en el pecho para medir la frecuencia cardíaca y una máscara para medir todos los gases. También realizan mediciones de la tensión a intervalos frecuentes durante la prueba, lo que molesta un poco a la hora de correr porque dejas de poder mover un brazo.

La gente de la clínica se portó genial conmigo y hasta me grabaron un vídeo en la parte inicial de la prueba. Ha sido una gran experiencia y sin duda es algo que recomiendo hacer a todo el mundo que se ponga a entrenar de forma más o menos seria para evitar disgustos por intentar esforzarse demasiado.


Pena Trevinca y escalada en el Cañón del Sil

El pasado fin de semana nos fuimos hasta Ourense para subir Pena Trevinca el sábado y probar la escuela del Cañón del Sil el domingo. A Pena Trevinca le tenía muchas ganas desde hacía tiempo porque nunca lo había subido, y teniendo en cuenta que es el techo de Galicia es una de esas actividades que siempre están arriba en la lista de pendientes, pero que por una u otra cosa tuve que ir posponiendo hasta el sábado pasado.

Aprovechando que Andrés es del Barco montamos allí nuestro campo base. Salimos el sábado desde Coruña muy temprano JC, Marta y yo, recogemos a Andrés en el Barco que ya estaba allí y subimos hasta la cantera de la cabrita. Ellos harían una ruta empezando en la cantera, pasando por la cordal de Trevinca y terminando en Vilanova mientras que yo simplemente subiría hasta Trevinca y volvería al coche más o menos directo ya que tampoco quería hacer mucho tiempo ni distancia. Al final me salieron 21 km pero muy divertidos porque la subida a Trevinca la hice por un nevero y por un espolón muy chulo donde asomaba la pizarra continuamente, de hecho hice esa subida dos veces para redondear el desnivel positivo hasta los 1000 metros.

Subida a Pena Trevinca

Cuando bajaba por segunda vez de la cumbre los vi arriba en la cordal y estuve a punto de subir una tercera vez para sacarnos una foto todos juntos en la cima pero la pereza pudo conmigo...

En la cima de Pena Trevinca

De vuelta en el Barco hice una parada técnica para comer y sin perder mucho tiempo me fui hasta Vilanova donde los esperé tomando un café en O Trisquel. Allí conocí a Cholo, un guía de montaña que lleva más de 20 años al frente del negocio. Al poco de mi llegada empezamos a hablar de montaña y ya no paramos hasta que nos marchamos, la espera por mis compañeros fue muy agradable, Cholo me enseñó material de alpinismo muy antiguo de sus comienzos e incluso de mucho antes.

Chuleta de ternera para recuperar fuerzas

Al día siguiente nos fuimos hasta el Cañón del Sil para escalar un poco, ninguno de nosotros había estado en esa escuela todavía así que nos valían todos los sectores. Empezamos probando en el Camachuelo por estar a pie de carretera, pudiendo dejar el coche a un metro de nosotros pero con la seguridad de estar fuera de la calzada. En muchos sectores de esta escuela hay que asegurar desde el mismo asfalto porque las vías están en la propia pared de la carretera y el arcén es inexistente, lo cual todo hay que decirlo no mola mucho.

Marta y JC calentando en un IV

Al final nos salió un gran día de escalada y nos llevamos para casa muchas vías, en mi caso creo que fueron 1 V, 2V+ y 2 6a+.

Entorno espectacular

sábado, 25 de febrero de 2017

Intento en la Norte de Ubiña Pequeña

Aprovechando las previsiones de buen tiempo que tuvimos estos últimos días hicimos una escapada rápida entre semana hasta Torrebarrio para subir la Ubiña Pequeña. El plan no estaba cerrado y la idea era subir por uno de los corredores de la cara noroeste, como no hay mucha información sobre la Ubiña Pequeña de ahí esa idea de improvisar un poco una vez estuviéramos allí.

Llegamos a última hora de la noche al Rebezo y nos pusimos a cenar algo para intentar meternos temprano en cama, ya que al día siguiente los levantaríamos a las 5:30. Le dijimos al guarda (nunca recuerdo su nombre) que no era necesario que se levantase, podía dejarnos el desayuno servido ya por la noche como en otras ocasiones y nosotros por la mañana calentaríamos lo necesario. Mala idea, se olvidó de dejarnos el café, té y/o colacao. Menos mal que teníamos una tableta de chocolate para darle sabor a la leche... empezamos bien.

El día era espectacular, en el pueblo no soplaba nada de viento, y ni siquiera hacía mucho frío. Empezamos a subir la pista que va hacia Ubiña con muchas ganas porque además ya íbamos tarde con respecto al horario, nos habíamos retrasado un poco en el desayuno. Llegando al collado de Llandanay nos precipitamos a la hora de salirnos del camino para ir a la Ubiña pequeña, ya que además todavía era noche cerrada y eso no ayuda a la orientación, teniendo que hacer pequeños reajustes durante el resto de la aproximación para corregir ese error.


La cara suroeste de Peña Ubiña

Según va amaneciendo comprobamos lo pelada que se ve Peña Ubiña, se ve mucho más cargada la pequeña y qué decir de la zona de enfrente de Babia y Somiedo, aquello sí que tiene un buen manto blanco.


Atravesando un pequeño alud

El estado de la nieve parecía bastante bueno hasta que llegamos al Collado del Ronzón, donde la nieve se tornaba imprevisible, algunos metros permanecía dura, luego blanda, luego aparecían 10cm de polvo en la superficie...


Estudiando Peña Ubiña Pequeña

Con la pequeña a la vista empezamos a imaginar líneas para llegar a cumbre, nos decidimos por la zona central de la cara norte que aparenta tener más pendiente que el resto de palas de la misma cara y además aflora bastante roca por lo que pensamos que podemos encontrar pasos de mixto.



Llegando a la base de la pared

Desde abajo no podíamos apreciar si habría salida por la izquierda del resalte, por lo que convinimos que si el paso de la izquierda era demasiado precario rodearíamos el resalte y continuaríamos por la zona que presentaba discontinuidad en la nieve.


Detalle de la vía que intentamos subir

 Sin embargo, ni siquiera llegamos a tener que tomar la decisión entre ir por la izquierda o ir por la derecha ya que debido al estado de la nieve, que no ofrecía ninguna consistencia desde que habíamos entrado en la sombría cara norte, nos hizo desistir de avanzar con garantías. Así que de la segunda reunión, que montamos con un par de pitones, rapelamos deshaciendo lo andado.


Blue day

Volviendo al coche iba un poco fastidiado pensando en no haber hecho cima con el gran día que tuvimos y en que quizá debimos subir por un sitio más fácil sobre el que hubiéramos visto alguna reseña. Pero como se suele decir, de todo se aprende, y me he dado cuenta de las dificultades a las que se exponen los aperturistas, ya que aunque lo nuestro era más improvisación que otra cosa, cambia mucho cuando has visto un croquis o incluso un vídeo de la vía a cuando la única información que tienes para subir es la que puedes extraer por ti mismo a simple vista.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Cabaña Verónica

Había muchas ganas de nieve, después de varias semanas con findes comprometidos por fin había uno libre y con una previsión medianamente aceptable. Daban bueno el sábado y regular el domingo así que con las ganas que había nos fuimos para Espinama el viernes por la tarde Pablo, Ramón, Pocho y yo. 

Como vamos a coger el cable no necesitamos madrugar demasiado. Inicialmente Ramón y yo planteamos hacer el corredor del San Carlos pero llegados a Espinama nos informan de que no está formado, así que ya no nos molestamos en cargar con las cuerdas y los cacharros.

Una vez arriba comprobamos que el tiempo es bastante bueno, aunque hace bastante frío, salgo con el plumas puesto y los guantes gordos. Al llegar a la pista comprobamos que la nieve no ha transformado lo suficiente y nosotros no hemos subido raquetas... así que hundiéndonos a cada paso hasta la zona de la tibia convierte la travesía en algo bastante pesado por momentos. En las zonas más difíciles hacemos relevos para repartir el trabajo aunque al final somos Ramón y yo los que pasamos delante la mayor parte del camino. Ramón porque está muy motivado y yo porque me lo tomo como un entreno de fuerza. Nosotros sin raquetas y aún íbamos con intenciones de hacer un corredor, menudo error cometimos. Es difícil evaluar la situación desde 500km de distancia.

Pablo resistiéndose a abandonar el Tesorero y Ramón abriendo una vía de M5

Como queríamos coger el teleférico de vuelta y la idea de perderlo no nos seducía demasiado acordamos, por mayoría, quedarnos en Cabaña Verónica en lugar de continuar hasta el Tesorero, que era la cumbre que habíamos planeado subir. Las vistas desde allí eran espectaculares, aunque no había mucha nieve para la época, los picos estaban preciosos, había salido el sol y el cielo estuvo despejado durante varias horas. Disfrutamos allí sentados en el banco de fuera comiendo algo y siguiendo el avance del resto de cordadas. Había dos terminando el corredor del San Carlos, la verdad viendo el estado de la nieve no me daban envidia, cuando lo hagamos espero que esté en buenas condiciones.


Horcados rojos desde Verónica


Pocho llegando a Verónica


El San Carlos con poca nieve en la cara norte

Llegamos a las 4 de la tarde a la cafetería del cable, la vuelta fue mucho más rápida que la ida porque ya casi no nos hundíamos en la nieve, los 20 raqueteros que venían detrás a la ida nos dejaron el camino estupendamente, una pena que no hubiesen madrugado más. En la cafetería nos informan de que ya no sirven comidas, nos quedamos alucinados ya que el cable cierra a las 6, desde luego ningún montañero va a comer a una hora normal y perder esas horas de actividad, está completamente orientado a "turistas", una pena la verdad.


Al bajar se había cerrado de niebla

El domingo con mucha pena decidimos no subir arriba ya que la predicción era muy mala y desde Fuente Dé no se llegaba a ver ni la estación superior del cable.


La tarta de arroz con leche del Remoña