domingo, 13 de mayo de 2018

Elixir de la suerte

Llevaba un par de fines saliendo a escalar a roca pero este daban lluvia, parecía que tocaba quedarse en casa. Sin embargo, me di cuenta de que bajaban mucho las temperaturas así que me puse a mirar la meteo de picos, Gredos... para Gredos no era especialmente mala, pero no me apetecía hacer muchos kilómetros porque la semana anterior había tenido que bajar hasta Jaén por motivos familiares. Casi todas las predicciones daban para Peña Ubiña una ventanita de buen tiempo justo en la mañana del sábado, así que le propongo a Ramón arriesgarnos a ir el viernes a última hora hasta allí para hacer el elixir de la suerte. Tenía que ser uno con orientación Norte porque ya se había ido mucha nieve, y este era de los fáciles que teníamos pendiente.

Croquis de la vía de El Maquis

El viernes al salir del trabajo termino de preparar la mochila y Ramón me recoge en casa, hacía mucho que no nos veíamos así que las 3 horas y pico de camino se me pasaron volando. Esa noche nos quedamos en el refugio de la FGM de Torrebarrio, yo nunca había estado y la verdad es que me sorprendió lo bien que estaba, repetiré seguro.

Antes de ir a cenar cogemos el coche en dirección al puerte de la Ventana para ver el estado del corredor desde la lejanía, quería comprobar que había nieve suficiente para hacer la actividad y evitarnos sustos una vez arriba. Por suerte se veía con nieve suficiente, tal y como esperábamos. Ya por la noche me voy para cama un poco preocupado porque aunque daban una notable bajada de temperaturas la noche no había enfriado demasiado y tenía miedo de que al día siguiente la nieve no estuviese en condiciones.

Durante la aproximación a la vía

Nos levantamos de madrugada y tras desayunar nos vamos para arriba. Quería estar en la entrada del corredor hacia el amanecer por varios motivos. El primero era encontrar la nieve en las mejores condiciones posibles y el segundo que algunos partes metían mal tiempo a primera hora de la tarde, y prefería que no nos cogiese el temporal arriba.

Ramón con la entrada del corredor al fondo


Hacemos la subida por la pista rapidísimo, se nota la ausencia de nieve y de barro, estaba todo seco. Por los llanos del fontán empezamos a ver la nieve y nos calzamos los crampones. La nieve estaba perfecta y el corredor también, acordamos no encordarnos en los largos de nieve ya que no lo veíamos necesario y decidir más tarde en la zona mixta si sacábamos la cuerda. Llevábamos un lote de material repartido en las dos mochilas que al final nunca utilizamos. Tuvimos una huella muy marcada todo el camino que nos guió el camino correcto del corredor, tenía miedo de embarcarnos en algún momento porque es un corredor que te hace navegar un poco entre campos de nieve, pero habíamos estudiado bien el itinerario antes de subir contrastando fotos con distintas cargas de nieve y la verdad es que no dudamos en ningún momento.

Disfrutando


La travesía intermedia resulta mucho más larga de lo que esperaba, personalmente fue la parte que menos me gustó de la actividad, creo que le quita encanto al corredor. Al llegar al otro lado y antes de empezar a subir la última parte hago un descanso y en ese momento se me cae el frontal, me fastidia más por mi error de no haberlo guardado en la mochila en su momento que por la pérdida del frontal en si, llevaba un tiempo pensando en comprar otro más luminoso.

En la salida de la travesía


Empezamos a subir hacia la arista cuando notamos un cambio en el tiempo, lo que antes eran agradables claros y nubes se torna en nubarrones negros. Sin más contratiempos salimos a la arista y empezamos a bajar por el canalón SO. En la segunda mitad del canalón empieza a nevar de forma intermitente con fuerte viento racheado por momentos.

Ramón en la salida a la arista

Casi al final de la pista nos cruzamos con dos montañeros que iban a Peña Cerreos, y nosotros que ya habíamos terminado la actividad, al final 5 horas y pico. Creo que puede ser una buena vía para entrenar actividades largas con mayores desniveles repitiéndola varias veces o combinándola con otras de dificultad similar.

En la última parte del corredor

En Torrebarrio cogemos el coche de vuelta y llegamos a Coruña para comer, esto sí que es una salida express! Pero qué bien aprovechado el tiempo :)

jueves, 8 de febrero de 2018

Circo de Gredos

El pasado fin de semana salimos para Gredos Pichi, Costas, David y yo. Desde Galicia hay un buen cacho así que salimos a media mañana del viernes para llegar a Hoyos del Espino alrededor de las 20h. Como era imposible salir a primera hora tuvimos que hacer noche en el pueblo en lugar de llegar al refu ese mismo día. Para mí era la primera vez en Gredos y tenía muchísimas ganas de verlo, todo el mundo me había hablado muy bien del circo.

Huevos con chorizo para cenar (finde perfecto)

Al día siguiente tocaba madrugar, la idea era llegar al refu para desayunar. Sobre las 5:30 salíamos de la plataforma de Gredos bajo una noche bastante despejada que permitía ver las estrellas, rápidamente fuimos avanzando por el camino muy bien marcado y pisado (muy distinto del que nos encontraríamos a la vuelta).

Llegando al refu con luna llena

Al llegar al refu inmediatamente nos dan las llaves para las taquillas y nos sirven el (re)desayuno, que al menos a mí me sentó genial. Sin perder mucho tiempo nos vamos para el Almanzor, la previsión se estaba cumpliendo puntualmente, era una fría pero bonita y despejada mañana rodeados de picos escarpados. Como decía era la primera vez que estaba en el circo de Gredos y aunque había leído sobre ello me sorprendió la cantidad de cascadas que había, por otro lado la mayoría de corredores estaban sin formar, faltaba bastante nieve comparado con las fotos que había visto en la guía de escalada.

El Almanzor esperaba

Terminado el desayuno nos volvemos a poner en marcha, Pichi y Costas ya habían estado en el Almanzor así que nos fueron guiando hasta arriba. Teníamos pensado meternos por la bifurcación de la derecha en el desvío que hay antes de llegar a Portilla del Crampón pero lo pelado que se encontraba y los resaltes que se veían nos hicieron decantarnos por seguir la ruta normal.

Última parte de la canal

En esta zona empieza a levantarse el viento racheado y frío que nos acompañaría el resto del día.


Portilla del Crampón con cencellada

Cara Sur - Cara norte

Empezando la zona de mixto

Rodeando el collado empezamos a hacer la travesía por la cara sur del Almanzor y nos metemos en la canal que te deja debajo de la cima. Al principio pensábamos que era la normal pero que faltaba mucha nieve y los resaltes estaban al aire, pero luego empezamos a dudar. El primero de ellos lo subí por la izquierda, desde arriba vi un cordino en la parte derecha (que luego utilizaríamos para rapelar) y ahí monté una reunión desde donde les tiré la cuerda a modo de pasamanos. Abajo estaban Pichi, Costas y David con una cordada catalana que nos había dado alcance en este punto.

Fueron subiendo uno a uno sin problemas quedando David para el final. Mientras esperaba por él, Pichi y Costas se adelantaron para subir a la cumbre, sin embargo se encontraron otro resalte que no vieron muy claro. Como yo venía caliente del resalte anterior me tocó probar suerte otra vez, pero ya que habíamos sacado la cuerda para montar el pasamanos esta vez iba a hacerlo asegurado. Me encontraba justo de bajo de la cima y el viento cada vez era más fuerte, además no encontrábamos un sitio cómodo para asegurarlos a todos y al final decidieron prescindir de la cumbre y bajar lo antes posible. Total Pichi y Costas ya habían hecho cima en otra ocasión, el único que se quedó sin ella fue David. Por suerte yo subí durante unos minutos para sacar un par de fotos antes de destrepar la última parte y rapelar con el resto del grupo.

Cumbre

En esta foto sale buena parte del camino de aproximación al refu

El primer rápel lo hicieron en este orden Pichi, David y Costas. Yo bajé de último y la verdad es que en esos minutos de espera me enfrié bastante, hacía mucho frío y el viento no ayudaba. Cuando llegué al rápel me esperaba David para recoger las cuerdas hasta Portilla del Crampón, donde Pichi y Costas se habían adelantado para montar el segundo rápel. De este modo rapelaríamos la última parte de la canal que era la que más pendiente tenía. Con dos cuerdas de 60 metros te comes buena parte de la canal.

Una vez abajo buscamos un sitio para resguardarnos del viento y esperar a Pichi y Costas pero es imposible, el viento sopla muy fuerte y recorre la superficie en todas las direcciones. Al final nos dejamos alcanzar por Pichi y Costas y buscamos una cascada donde pasar las últimas horas del día. En aquel momento yo me encontraba bastante cansado, el frío se me había metido en el cuerpo y no se iría más en todo el fin de semana. Además con aquel viento no tenía demasiada esperanza en que resistiésemos mucho tiempo asegurando y escalando.

El recorrido entre el refugio y la hoya está repleto de cascadas, mientras subíamos a primera hora las estudiábamos en la distancia con intención de atacarle a alguna a la vuelta. La que mejor pinta tenía se encontraba bastante arriba, traté de buscarla en la guía de Raúl Lora pero no supe identificarla. El caso es que cuando ya casi estábamos a pie de vía apareció otra cordada por la izquierda y nos la robó. Cómo son las cosas, media hora observando la solitaria cascada a lo lejos y resulta que al final nos quedamos sin subir por llegar un minuto tarde.

Seguimos bajando y las que nos encontrábamos o bien estaban ocupadas o no nos convencían porque el hielo parecía mal formado. Al final propongo subir unas que estaban enfrente del refugio que habíamos visto nada más salir de allí por la mañana. Como había que pasar por el refu para cruzar el río mi idea era quedarme allí a descansar pero al final el sentimiento de culpa pudo conmigo y seguí la marcha para aprovechar al máximo la oportunidad.

Una vez a pie de cascada Pichi y Costas se ofrecen voluntarios para montar la reu por arriba mientras David y yo esperamos, la verdad es que no me apetecía nada subir, tenía mucho frío y el viento no había parado de soplar durante toda la tarde. Una vez terminan de equiparla Pichi se prepara para subir y creo que yo lo aseguro de primero. Era la primera vez que subía por hielo y aunque yo intento darle unas indicaciones se cansa enseguida. No es que yo tenga mucha más experiencia, pero había probado en otra ocasión en Peñalara en la cascada que se forma debajo del Zabala. En esto al igual que en deportiva, cuenta mucho más la habilidad que la fuerza.

Me toca subir y la verdad es que lo disfruto muchísimo, todo el cansancio y la pesadumbre desaparecen y me vengo arriba. La subo sin problemas excepto en una parte donde hay una pequeña barriga que te obliga a hacer una travesía a la derecha para pasarla pero es más falta de práctica que otra cosa. Los piolos y crampones clavan bien y dan mucha seguridad.

Carámbanos moldeados al viento

Al tema

Al final creo que yo subo dos veces sin parar ni caer en ninguno de los pegues, eso sí, en el segundo se me van los pies y quedo colgado de los piolos.

Muy guapo.

De vuelta en el refu Pichi y yo ya empezamos a planificar la mañana del día siguiente: queremos subir la cascada que nos robaron al bajar del Almanzor. Cenamos con un grupo que iba acompañado por un guía madrileño muy majo que nos aconseja actividades para el día siguiente, por ejemplo subir el morezón por cualquiera de las canales que se ven desde el refu o hacer los corredores que hay allí enfrente. Pero entre la nieve que estaba cayendo esa noche y lo pelado que estaba el circo de nieve la idea de la cascada acaba imponiéndose con facilidad.

Por desgracia, la mañana siguiente comprobamos que esa noche había caído mucha más nieve de la anunciada por el parte. Salimos igual hacia arriba en busca de la cascada pero resultaba que éramos la primera cordada que salía del refu y la nevada nocturna había tapado la huella del día anterior, con lo cual nos hundíamos continuamente. En un momento de lucidez Pichi empieza a hacer cuentas y decidimos irnos para el coche puesto que el poco tiempo que teníamos para hacer la actividad se lo iba a llevar la pesada aproximación. Y eso sin saber realmente cómo estaba el camino de regreso, que como comprobamos más tarde, tampoco tenía huella y nos retrasó alrededor de una hora más de lo previsto.

Condiciones totalmente distintas a las del sábado

Llegados al coche nos encontramos el párking completamente nevado, el quitanieves no había pasado por ninguno de los tramos de carretera que llevan a la plataforma. Por suerte la nacional de Hoyos del Espino estaba limpia, desde ese momento pudimos respirar con tranquilidad.

La vuelta en coche fue bastante amena, pensábamos encontrar nieve en alguna zona pero la verdad es que todas las carreteras por las que teníamos que circular se encontraban abiertas y en perfectas condiciones.

Como siempre nos vamos muy contentos y con ganas de volver pronto, sobran planes y faltan días!

miércoles, 19 de julio de 2017

Madejuno-Tiro Llago y Aguja de la Canalona

El finde del 8 de julio me invita a ir a picos la cordada rías baixas, coincide justo un año después de nuestra semana en alpes y todos estamos muy animados recordando las grandes actividades que hicimos por aquellos lares. En esta ocasión se nos unen dos compañeros de su club, David que está empezando en esto de la montaña y Esther, que no iba a escalar en principio y que solo la idea de hacer un vivac y dormir bajo un manto de estrellas le parecía suficiente como para acompañarnos, ya lo creo que mereció la pena.

Desde abajo el tiempo parecía perfecto


Quedo con ellos en la estación de Guitiriz a las 7:30 y nos vamos para Espinama, donde llegamos alrededor de las 12 de la mañana. Comemos un poco, nos preparamos para subir y poco antes de la 1 ya estamos andando. Es tarde así que no tenemos muy claro qué hacer, el tiempo es bueno aunque empiezan a entrar nubes del valle por el cable, pensamos en ir a por la Ostaicoechea y si nos da tiempo darle un tiento a la Canalona u otra cosa asequible para completar la tarde pero todos teníamos ganas de arista así que decidimos hacer la aproximación hasta el Madejuno y ver si el tiempo aguanta. A la altura del collado de Fuente Escondida propongo dejar las mochilas de vivaqueo escondidas, total la idea era quedarnos por allí y no tiene sentido seguir cargando con semejante peso más tiempo.

Croquis de la arista de el maquis

Seleccionamos el material para la arista y nos vamos para allá lo más rápido posible. Pasadas las 15:00 llegamos al Tiro Casares y como el tiempo sigue regular pero estable Pichi propone subir hasta el Madejuno y decidir arriba lo que hacemos. Allí en el collado soplaba la hostia y yo pensaba que no estaba el día para hacer la arista, así que la opción de hacer el Madejuno me pareció perfecta, en el peor de los casos nos llevábamos ese pico y la subida era segura porque va bastante encajonada.

Subiendo al Madejuno

En la cima del Madejuno nos damos cuenta de que no sopla nada de nada, así que todo el mundo está de acuerdo en continuar. Aquí empieza la arista propiamente dicha, pasos expuestos con ambiente, rápeles de todo tipo, canalizos, roca rota y delicada... de todo y para todos. Sencillamente me encantó, es una de esas actividades que tiene de todo, un poco de escalar, otro de trepadas fáciles pero donde no hay lugar para el error, rápeles volados... se la recomiendo a todo el mundo.

Empezando la arista

Durante todo el trayecto funcionamos como dos cordadas independientes pero colaborativas de modo que cada una con una cuerda vamos montando y desmontando los rápeles de forma que unos siempre van adelantados y el tiempo se acorta. Casi toda la arista la hacemos sin asegurar, creo que únicamente nos encordamos para el paso del gendarme amarillo pero la verdad es que cada vez me falla más la memoria.

Rápel volado

Sencillamente espectacular

Llegando al Tiro Llago empiezan a caer unas gotas de lluvia que poco a poco empiezan a marcar la roca, entonces le digo a pichi que subamos rápido a la cima para encontrar el paso mientras la roca todavía está más o menos seca y así en caso de que rompa a llover podamos tirarles una cuerda desde arriba a Costas y David que venían justo detrás. Por suerte paró y la roca se mantuvo seca, pero yo ya me había hecho a la idea de lo peor. Lo cierto es que el cielo estuvo bastante oscuro durante toda la actividad pero nos respetó todo el día.

La arista es una actividad muy disfrutona


La bajada del Tiro Llago se realiza encadenando rápeles por una canal con tierra y piedras sueltas bastante pindia donde es imposible avanzar sin tirar algo. Para mí lo peor de la actividad, como te pille bajando por ahí mientras otros rapelan por detrás tuya más te vale que tengan cuidado, porque no estoy hablando de piedras aisladas, aquellos son verdaderos desprendimientos.

Cabaña Verónica

Una vez fuera seguimos los hitos para llegar a Cabaña Verónica por ese terreno caótico. Carlos sale a saludar y nos pregunta qué tal todo, nos contó que había estado Esther por allí y que habían estado siguiéndonos por la arista desde allí. Al igual que nosotros, él también pensó que nos cogería la lluvia y que la liaríamos parda, al final y por el bien de todos no fue así.

Los picos estaban preciosos

Sin pararnos demasiado que ya era tarde volvemos por el camino normal de la vueltona hacia el collado de Fuente Escondida donde Esther tenía ya montado el campamento. Había desplegado un toldo en una de las construcciones abandonadas por si se pusiese a llover por la noche. Después del festín y ya de madrugada nos metemos en los sacos para disfrutar de una noche espectacular. Luna llena, sin una nube que permitía ver cada una de las estrellas del firmamento y con una temperatura agradable. Hacía tanto calor que no pude ni cerrar el saco de 0º en toda la noche.

Campamento base

El despertador suena a las 5 de la mañana, ya es domingo aunque todavía noche cerrada. Como yo me tengo que volver temprano vamos a madrugar lo máximo posible para que nos de tiempo a hacer algo antes de la hora de comer, así al terminar ya me bajo yo para el coche mientras ellos siguen con otra cosa por la tarde. La actividad elegida es la Aguja de la Canalona.

Croquis de la aguja de el maquis

La aguja presente durante casi toda la aproximación

Cuanto más cerca más impone

Antes de las 9 ya estábamos preparándonos en la base de la pared. Pichi abre todos los largos, que son muy divertidos, y poco a poco vamos avanzando de reunión en reunión. El último largo es el más disfrutón bajo mi punto de vista, el que más me costó el de la chimenea, que aunque tiene graduación de IV se resuelve con una técnica muy de clásica haciendo oposición contra la pared, algo que en deportiva no se está muy acostumbrado a hacer.

Preparando la cacharrada

Desde la base se ve alta de carallo

Esther en el collado desde la R2

En la amplia cima de la aguja aprovechamos para sacar unas fotos y rápidamente nos ponemos a rapelar. Por desgracia había gente empezando la vía así que tuvimos que ir con mucho cuidado para evitar tirar piedras y provocar un accidente a otras cordadas. Esto nos retrasó un poco el descenso pero como dicen las abuelas: más vale prevenir que curar.

Los de la cima somos nosotros

En la base de la pared me despido de mis compis por estos dos días espectaculares y me bajo rápido hasta el cable donde me tomo un plato de albóndigas en la cafetería y ya al coche. Todavía me quedaba volver a Coruña pero esa es otra historia que daría para otra entrada del blog.

Yo me piro pero estos van a por Santa Ana




miércoles, 14 de junio de 2017

Travesera de Picos

El sábado pasado fue la travesera de picos. Muchísimos meses entrenando para esta carrera, muchísimas horas en el monte para llegar lo suficientemente fuerte como para que la experiencia sea de disfrute y no de calvario. Este tipo de carreras tan largas exigen mucho, puedes tener un pequeño fallo y estás muerto. El mínimo roce de una prenda, una costura de las zapas, la empuñadura de los bastones... después de 15 horas cualquier tontería puede convertirse en un suplicio. Por eso son muchas cosas a tener en cuenta, a experimentar durante la temporada. Muchas horas corriendo centrado para esta carrera, para aprovechar al máximo cada entrenamiento, para que no decaiga la motivación. Muchos entrenamientos también forzados, no físicamente, pero sí de cabeza. Luchando contra la tentación de quedarse en casa en días de lluvia, granizo o frío. Momentos buenos y malos, muchos sacrificios para no perder un entreno. Del tiempo de la oficina no se puede racanear, de las tareas de casa hasta cierto punto tampoco. Al final acabas perdiéndote las cañas de los jueves con los compañeros de trabajo, las cenas de colegas los sábados por la noche y las mañanas del fin de semana retozando sin prisa en la cama.

¿Merece la pena? Tendrás que leerlo todo para saber la respuesta.

Días antes de la competición me llegó un email de la organización con una encuesta anónima para realizar un estudio del perfil psicológico del deportista extremo. A casi nadie le gusta cubrir encuestas, las preguntas suelen repetirse bastante y la valoración de cada una de estas puede parecer muy evidente, pero tengo que reconocer que lo de deportista extremo me picó la curiosidad, y abrí el cuestionario. Conforme iba pasando preguntas más tiempo necesitaba para darles respuesta. Estas preguntas estaban muy bien escogidas, eran cuestiones que nunca me había realizado y que me tocaron por dentro. Os dejo algunas para que os hagáis una idea:
  • Me siento orgulloso de las cosas que he logrado
  • Mi vida tiene sentido
  • Mi actividad (carreras de montaña) está en armonía con las otras actividades de mi vida
  • Esta actividad es la única que verdaderamente me activa
  • El ejercicio es la cosa más importante de mi vida
  • Han surgido conflictos con mi pareja /familia en relación a la cantidad de ejercicio que realizo
  • Me gustaría practicar más ejercicio físico que estar con mi familia y amigos
Esto solo es una pequeña muestra del total de preguntas, había algunas de carácter general y otras en las que te podías sentir más identificado. Tengo que reconocer que varias me inquietaron bastante. Actualmente estoy atravesando por un momento difícil en lo personal. Por tanto es tiempo de meditación interior y de pensar en cómo se ha llegado a esta situación. Es cierto que para entrenar una ultra hace falta dedicar mucho tiempo al deporte, y si tu pareja no comparte afición es tiempo en el que estaréis separados. ¿Se puede mantener una relación entre una persona sedentaria y otra extremadamente activa? Yo creo que sí, aunque solo tengo uno de los dos puntos de vista. En cualquier caso, creo que todo el mundo que hace deporte de forma seria debería hacerse este tipo de preguntas, le ayudarán a conocerse mejor y a decidir qué es lo que quiere ser en la vida.

Después de esta reflexión vayamos con la actividad que da título a la entrada. La carrera sale el sábado 10 de junio a las 2 de la mañana, esto es la noche del viernes. Es una hora bastante rara bajo mi punto de vista, teniendo en cuenta que amanece pasadas las 6 de la mañana bien se podían esperar unas horas y así salir de día, pero la decisión no es mía. Teniendo en cuenta que la charla técnica de la carrera es el viernes a las 19:30 y que hasta las 21:30 no volvería al hotel en Canales, no tenía mucho sentido dormir antes de la carrera ya que entre la cena y preparar el material quedaba poco tiempo para la salida. Finalmente mi estrategia consistió en dormir una siesta después de la comida de unas 3 horas, antes de la charla técnica.

En el hotel estaban alojados más corredores, la selección de castilla y leon con David López Castán al frente y unos corredores andaluces que venían desde Morón de la frontera (un saludo si leéis esto ;) ). Ellos mismos me llevaron hasta Covadonga ahorrándome una pasta del taxi.

En la salida me encuentro con Diego y Fernando también de Ártabros que iban representando a la selección gallega, este año la travesera era el campeonato de españa de ultras. Allí estamos cientos de corredores concentrados en unos pocos metros. A pesar de la hora, la música a todo trapo, las luces parpadeantes, los cientos de luces de frontales y lámparas rojas traseras consiguen estimularte al máximo, una vez allí estás deseando que el speaker empiece la cuenta atrás de una vez para ponerte a correr.

Empezamos subiendo por una carretera asfaltada que va cogiendo inclinación poco a poco, la gente ha salido escopeteada bajo mi punto de vista, ya que tenemos 74km por delante. Al poco hay un desvío hacia la izquierda donde ya se estrecha bastante el camino y por momentos solo permite una fila de a uno que forma bastantes colas. Aquí perdí bastante tiempo, por momentos te llegabas a mosquear porque podías estar parado 1 minuto entero sin dar un paso. Vamos cogiendo altura y estos embotellamientos van desapareciendo hasta que llegamos a la vega de enol. Aquí miro el reloj y me parece muchísimo tiendo lo que he tardado en llegar, pero bueno hay margen y me encuentro bien, bebo un par de vasos de isotónico y tira millas por la pista. Era la primera vez que iba por la pista a pie, cuantas veces habré pasado por allí en coche para dejarlo en el aparcamiento de pandecarmen. En la pista le damos bastante zapatilla, hay que aprovechar porque en esta carrera no abundan las zonas correderas. Así llegamos a Pandecarmen, este camino lo conozco. Llegamos a la altura del refugio casi sin darme cuenta, últimamente siempre que pasaba por allí iba cargando con cuerda y ferralla como un mulo, menuda diferencia! Vamos subiendo y subiendo y el collado de la fragua se va acercando.

Desde el collado hasta la mitad de la canal de mesones me encuentro bastante mal. Había comido y cenado demasiada cantidad y salí con el estómago muy pesado. No me molestaba para correr pero tampoco tuve apetito durante las primeras 4 horas, lo cual hizo que no comiera nada. Empecé a venirme abajo y a notarme cansado. No me lo podía creer, si todavía estaba rondando los 20km y me quedaba un mundo por delante. Entonces caí en la cuenta de que no había comido nada desde la salida y paré para tomarme una barrita doble (Endurance bar de Victory) y otra más una hora después. Gracias a esto reviví por completo y para cuando estaba llegando al avituallamiento de Caín ya me encontraba genial otra vez.

Entrando en el pueblo veo a Pocho y a Trota con la bandera del foro animando, menudo subidón. No me habían dicho nada los cabrones y no esperaba verlos por allí, fue un subidón de energía poder charlar con ellos mientras me atiborraba de todo tipo de dulces del avituallamiento.

Las grupis dando mucho cariño

Creo que estuve bastante rato allí con ellos, me despedí y me fui a cruzar el puente pensando en lo que me tocaba ahora... dobresengos. La verdad es que le tenía muchas ganas de subirla porque semanas atrás la había subido para entrenar y aquel día había sido mágico, uno de esos días de monte que no se te olvidan. Iba subiendo e iba pensando en algo que me habían dicho mis compis al llegar a Caín: "Vas muy bien! te ha sobrado una hora para llegar aquí". Había tardado 6 horas en llegar a ese punto y el tiempo de corte estaba en las 7:15. ¿Iba bien? Por un momento me asusté, no es que vaya yo sobrado en los ultras pero tampoco esperaba luchar contra los tiempos de corte. Mi estrategia era salir atrás e ir ganando posiciones hasta encontrar mi ritmo, porque era mi primera travesera y no tenía referencias anteriores. Pero quizá hubiera salido demasiado suave, está claro que una hora de margen no es nada, se puede perder en el más mínimo percance, así que empecé a darle más caña. Poco después de pasar la fuente me cruzo con una chica que bajaba, iba a abandonar por culpa de la barriga. Solo de pensar que aún tenía que llegar hasta poncebos para que la recogiera un medio mecánico me hizo pensar en que hasta abandonar es duro en esta carrera, no basta con parar y esperar en una pista a que aparezca un 4x4, o acercarse a la carretera más cercana, había que caminar horas para abandonar. 

Me costó llegar a la horcada de caín, fue mucho más duro que el día del entrenamiento. Se notan los 28km que llevas encima (y el desnivel) antes de ponerte a subir. Encima la bajada hasta urriellu tenía muchísima menos nieve, y el camino es mucho más tortuoso. Aquel día podíamos atravesar los neveros a toda prisa pisando con mucha seguridad, pero hoy los caminos blancos de aquel día eran verdaderos pedregales.

En Urriellu me doy cuenta de que voy bastante cansado, no llevo ni 40km encima, apenas algo más de la mitad de la carrera. Pero me anima pensar que poco más arriba está collada bonita y luego ya es todo para abajo hasta la vega de sotres, así que le doy la vuelta al urriellu muy animado. Era un gran día y se veían cordadas por todas las paredes del picu, una pena no poderme sentar a contemplarlas un rato.

La bajada por moñetas la hago mejor de lo esperado, el día del entreno no estaba balizado el recorrido y dudamos un par de veces, pero esta vez la línea era clara pasando entre las simas de la zona con total confianza. 

En el avituallamiento de la vega estoy muy contento, pienso que tan solo quedan 25km para meta, y un "pequeño" obstáculo de por medio, el canalón de Jidiellu. Sobre el papel son solo 1000m de desnivel, yo nunca lo había subido y Diego me había dicho que era un punto bastante crítico en la carrera, pero realmente pensaba que estaba exagerando. Aquello fue durísimo, subir por allí bajo ese calor abrasador fue terrible, cada vez pasaba a más gente, había zombies descansando en los laterales del camino durante toda la subida. Nadie llevaba agua a mitad de la subida, a mí me quedaba una poca que iba racionando ya que sabía que no había fuentes. La subida se me hace eterna, el no conocer la zona se paga y mucho. Llegando casi al final resulta haber un hilo de agua en el que un paisano va rellenando botellas de agua para los corredores. 

No lo había dicho hasta este momento pero esta carrera tiene una cantidad de espectadores increíbles. Hay que tener en cuenta que para llegar ahí arriba hay que meterse un palizón, y esta gente sube cargadoa con bebidas y comida que reparten entre los corredores. Otro paisano diferente me ofreció media lata de cocacola y una bolsa de gominolas que me vinieron como caídas del cielo ¿qué más se puede pedir? 

Al final de Jidiellu hay una zona técnica equipada con cadenas que me gustó mucho, a partir de ahí sendero regular hasta llegar a Andara donde ya cogemos la pista que baja al Jitu. La pista se me hizo larga, y eso que le di zapatilla con kilómetros a 5min/km. Puede parecer no muy rápido pero tengan en cuenta señores que aquí llevaba ya 60km encima.

En el avituallamiento me lo vuelvo a tomar con calma, está hecho me digo. Todo el mundo dice que la bajada es un trámite. La gente sigue animando y diciendo que está hecho. Mucha gente dice que "entramos", realmente esos comentarios no me hacen gracia porque no he venido aquí a pelear por los primeros puestos de la carrera pero tampoco a sufrir para terminar. En fin, vamos bajando un poco con la mosca detrás de la oreja por que en esta "bajada" a Arenas todavía se suben unos 400m+. A mí me parecieron más la verdad, por la zona de Portudera hay bastante sube y baja y todos los voluntarios dicen que este es el último repecho, pero siempre te acabas encontrando otro más después.

¿El Urriellu? Pero si acabo de estar ahí

A estas alturas te vas haciendo tus cálculos estimando la hora de entrada en meta ¿bajaré de 17 horas? Esto lo pensaba antes de llegar a los toboganes de Portudera, una vez encontradas las cuestas pensé que al menos lo haría en 17:30. Pero entonces llegamos a la senda de caoru. Aquello está puesto a mala fe. ¿A quién se le puede ocurrir poner eso para terminar una carrera tan dura? Me puse de bastante mal humor y comencé a andar, y empezó a pasarme gente. Los iba contando, un voluntario me había dicho poco tiempo atrás que iba sobre el 125 en la clasificación, así que iba sumando posiciones, 126, 127, me pasan 3 golpe, 130... joder cuánta gente me cago en la leche. Intento engancharme a unos pero la molestia que tenía en la rodilla y que había comenzado en jidiellu de forma muy leve había ido aumentando progresivamente hasta llegar al punto de que no me hacía mucha gracia forzar más de lo necesario. Así que alternaba andar y correr. Esos últimos 4km de bajada hasta Arenas fue lo más duro de la carrera con diferencia, porque encima es que ves Arenas allí abajo y sabes que todo el camino que queda es así hasta el final. Muy duro psicológicamente, pero se trata de un trámite, hay que ser fuerte e intentar avanzar. Al final llegas a una pista asfalta que te mete en el pueblo, te hace rodear toda la general hasta entrar en meta. La gente no para de aplaudir, es increíble. Increíble de verdad, gente joven, gente mayor, niños, todo el mundo te aplaude con fuerza. Y por fin llego a meta, me emociono. Me doy cuenta de que un voluntario me está mirando y se me pasa la tontería, pero he llegado, se acabó. Me giro y veo el tiempo, 17:20.

Ta fecha

miércoles, 10 de mayo de 2017

Blocando en Arico

Aprovechando que estaba de vacaciones y que lo del Teide no me había dejado muy indispuesto me fui a hacer algo de bloque a la zona de Arico. En Villa de Arico pude alquilar una colcho por un par de días aunque al final solo escalé uno, suficiente para dejarme los dedos en el basalto local.

Preparado para darlo todo

La escuela está a una media hora larga de los cristianos en coche, hay que bajar a un barranco desde el pueblo de Arico Nuevo, y la verdad es que tiene suficientes bloques para pasar unos días. Yo me dediqué a probar todos los que vienen en la Guía Boulder de Tenerife con grado hasta V+ de los sectores alto y medio. Me hubiese gustado volver otro día para ver el sector bajo pero me faltó tiempo.


Había bloques de todo tipo, en alguno eché de menos un porteador

Vista del sector alto desde arriba

martes, 9 de mayo de 2017

Teide - Ruta 040

No recuerdo exactamente cómo ocurrió pero fue hace ya bastante tiempo cuando descubrí la ruta 040, una línea para subir al Teide desde el nivel del mar. El Teide es con sus 3718 metros la montaña más alta de España, se trata por tanto de una cumbre a la que hay que peregrinar tarde o temprano.

Aprovechando la preparación para Travesera, se me ocurrió meter esta actividad alrededor de un mes antes de la carrera. La ruta son unos 54km ida y vuelta con 4.000 metros de desnivel positivo y otro tanto negativo, ya que la ruta es circular. Laura estaba encantada con la idea de ir unos días a Tenerife porque ella es tanoréxica y no concibe un viaje sin playa. Lo más difícil fue cuadrar nuestros calendarios, el mío por carreras en las que ya estaba inscrito entre mayo y junio y también porque no quería que estuviese demasiado próximo a la cita de Picos, para tener el tiempo suficiente de descansar y recuperarme al máximo para la ultra. Al final decidimos marchar el 3 de mayo y volver el día 8, no es una semana completa pero es suficiente tiempo para que se me presentasen buenas condiciones para poder subir arriba con seguridad. Mi idea era realizarlo en solitario por lo que cuanto mejor tiempo y menos complicaciones pudieran plantearse mejor.

En un principio las fechas no me apasionaban porque el día 23 de abril había corrido la Camovi, la maratón de montaña de Viveiro, y una semana después, el 30 de abril tenía el trail del Xalo, una carrera que me encanta y a la que acudo año tras año. La del Xalo suele ser una de esas carreras en las que lo doy todo y me sirven para medir mis progresos con respecto a otros años, pero esta vez no iba a poder ser así ya que una semana después de correr una maratón, por muy tranquilo que se vaya, no se está a tope para competir (al menos a mi nivel). Lo importante era correrla para disfrutar y sin calentarme demasiado porque no quería comprometer el viaje de Tenerife 3 días después.

La misma semana del viaje todavía dudaba de mi estrategia con la ruta, había básicamente los siguientes opciones:

  • Completar la ruta ida y vuelta (~54km y 8000m desnivel acumulado)
  • Completar la ruta solo ida (~27km y 4000m positivos)
  • Completar la ruta ida y la vuelta solo de forma parcial recogiéndome laura en algún punto intermedio para hacer entre 30 y 40km de distancia

Todas las opciones eran buenas ya que a mí lo que realmente me interesaba era el desnivel positivo, el tema de volver al punto de partida era algo secundario y que además me daba algo de miedo por terminar con molestias o alguna lesión que me perjudicase el último mes de preparación para Travesera, esta duda se mantendría hasta los últimos días, finalmente por simplicidad realizaría la ruta completa para no tener que andar moviendo el coche.

El vuelo para Tenerife salía de Santiago a las 6:30 de la mañana, como Laura quiso facturar una maleta teníamos que llegar al aeropuerto alrededor de las 5 de la mañana, lo cual suponía salir de Coruña a las 4 y levantarse a las 3. Esa noche no pegué ojo, dormiría un par de horas de mala calidad de sueño y luego en el avión otro par de horas. No suelo dormir en el avión pero esto demuestra la falta de sueño que tenía. Ya en Tenerife tenemos que esperar a que nos den la habitación del hotel así que me voy a hacer la compra y después de comer intento echarme una siesta. Dado que las condiciones eran buenas iba a intentar lo del Teide esa misma noche, aunque no iba a llegar muy descansado quería ir cuanto antes para quitármelo de encima y aprovechar el resto de días en Tenerife para descansar y recuperar a tope.

Foto del objetivo desde el avión

Lo de empezar de noche en lugar de por la mañana era por varios motivos:

  1. Por la noche la temperatura refresca, esto es importante ya que no es lo mismo hacerse la ruta con 25º que con 15º. Además no hay fuentes por el camino, lo cual complica mucho la logística si se hace de día, teniendo que dejar agua por el camino para avituallar.
  2. Para subir los últimos 200 metros del Teide es necesario obtener un permiso. Por supuesto yo no lo tenía porque hay que solicitarlo con mucho tiempo de antelación y además es para un rango horario concreto, lo cual está muy bien si subes en teleférico, pero si subes a pie calcular la hora de llegada es algo más complicado. Si no tienes permiso las opciones que te quedan es pasar por ese punto de control antes de las 9 de la mañana o después de no sé qué hora por la tarde, que es cuando supuestamente se pone alguien en el torno.
  3. La Travesera sale a las 2 de la mañana así que me pareció interesante hacer un entreno nocturno, y qué mejor que uno como este donde iría casi igual de cargado que en el ultra.


Otra de las cosas que daban vueltas en mi cabeza era sobre la hora de salida, tenía que salir lo suficientemente tarde para no llegar arriba antes de las 7:30 de la mañana, que es cuando estaba programado el amanecer. Pero tampoco podía llegar más tarde de las 9 de la mañana porque entonces podrían prohibirme subir la última parte por carecer de permiso. Sería ridículo que después de hacer 27km me quedase sin los últimos 500m por un papel pero estas cosas son así. La idea era ir ritmo ultra, así que no tenía nada claro cuánto me llevaría alcanzar la cumbre. Finalmente, me decido a salir entre las 12 y la 1 esa noche.

Material para la "prueba"

Después de cenar un buen plato de pasta me pongo a preparar las cosas, la verdad es que iba a ser una buena prueba para travesera, porque prácticamente llevo todo el material obligatorio excepto crampones y alguna cosilla más. Dejo el hotel alrededor de las 23:30, más tarde de lo previsto, y me voy con el coche hasta la playa del Socorro. Iba con muchísimas ganas pero conducir a esa hora de la noche hace que me entre algo de sueño, antes de salir me tomé dos tés porque el café no puedo probarlo antes de las competiciones pero parece que no es suficiente cafeína.

En la playa del Socorro me encuentro bastantes más coches de los que esperaba, es una zona un poco apartada y parece que la gente va a hacer botellón y a tomar otras cosas. No me hace mucha gracia que me vean salir con estas pintas por si se les ocurre entrar en el coche (donde dejo la cartera entre otras cosas), por eso al final paso de hacer el numerito de tocar el agua del mar antes de salir para evitar llamar demasiado la atención y a la 1 de la mañana le doy al play del Garmin.

Selfie antes de salir


El comienzo de la ruta consiste en deshacer el camino de bajada del coche hasta la nacional, menuda subidita. Luego en la carretera hay que volver unos metros hacia atrás hasta coger un desvío a mano izquierda que se mete por unas fincas y que sigue cogiendo altura. Toda esta primera parte transcurre por zonas urbanas, enlazando pueblos y sin dejar de ganar altura de forma muy rápida. A partir de los primeros 5km dejamos de ver tantas casas y pistas asfaltadas para encontrarnos pistas de tierra. Al principio se me pasó bastante rápido el tiempo, cuando llevaba 2 horas y unos 10 km tuve que parar a ponerme la camiseta térmica, había salido con pantalón y camiseta corta porque hacía bastante calor a nivel del mar, pero aquí a unos 1000m y con la brisa que soplaba ya se me congelaban las manos, calculo que estaríamos por de bajo de los 10º. Más o menos iba tomando una barrita cada hora que pasaba, e iba encontrándome muy bien, la verdad es que no iba corriendo pero caminaba con paso ligero y estaba manteniendo los tiempos previstos.

La zona más frondosa fue la más dura para mí ya que había muchos más senderos y cruces que en el resto de la ruta, obligándome a revisar el track continuamente para evitar hacer kilómetros de más, y aún así me perdí varias veces, lo cual no me hacía nada de gracia ya que sabía que a la vuelta pagaría caro esos kilómetros adicionales. Una vez llegado a la entrada del Parque Nacional del Teide los senderos vuelven a estar bien marcados y los dudas se reducen. Hay algo que me sorprendió muchísimo durante todo el tiempo y es que la ruta no está marcada de ninguna forma, había leido alguna noticia de que habían destinado una partida para mejorar la señalización pero imagino que las obras todavía están por llegar.

Empieza a clarear el día cuando me encuentro en la base del Teide, y me amanece llegando al refugio de Altavista. Allí aprovecho para ponerme las mallas largas y saco el gore. Es la segunda vez que cambio ropa en toda la actividad, aunque por momento llevaba las piernas frescas fui bastante cómodo con los pantalones cortos. Tenía algo de miedo por no llegar a tiempo al punto donde piden el permiso de paso a cumbre así que intento no perder mucho tiempo en el refu y continúo hacia arriba. Esta parte del Teide es mucho más técnica que el resto de la ruta, aunque no tiene ningún problema de acceso si que puedes hacer uso de las manos en algún momento para pasar por algún sitio entre piedras, aunque no es necesario trepar. Cuando llego al punto de la estación superior del teleférico compruebo con alivio que no hay nadie allí así que sin mirar mucho me cuelo por allí y tiro para arriba, me cruzo bastante gente que ya bajaba de cumbre desde esta última parte del refugio, sin embargo no había visto a nadie en el resto de la ruta. Creo que todos los que estaban allí habían dormido arriba esa noche.

Foto recién llegado al refu


Según vamos acercándonos a la cima el viento va aumentando, incluso me obliga a parar en algunos momentos de la fuerza que tiene. Yo voy solo y no tengo ganas de despeñarme por culpa de una ráfaga de viento, así que voy poco a poco buscando las piedras utilizándolas de parapeto para ayudarme a avanzar. Casi sin darme cuenta llego al punto más alto, en el que no se aguantaba, y rápidamente retrocedo unos metros hasta una zona propia de vivaqueo que estaba perfectamente protegida donde me detengo un rato a descansar, contestar mensajes y sacar fotos. Al final he tardado algo más de 7:30 en cubrir la distancia entre la playa del Socorro y el Teide, 29km y 3900m+. Me parece bastante y aunque no me vengo abajo sé que la vuelta va a ser dura después de estar toda la noche de "fiesta".

Vistas desde la cumbre

De vuelta en el refu como media tableta de chocolate que llevaba y empiezo a adelantar gente por el sendero que baja, me siento mejor de lo esperado. A medio camino de la bajada tengo que parar a quitar ropa, me visto de corto de nuevo y cargo las mallas, térmica, guantes y gore en la mochila chaleco. Voy avanzando bastante rápido, la zona del parque del teide es muy desértica con caminos arenosos que se hacen cómodos de bajada así que veo como van pasando los kilómetros por debajo de 6 min el kilómetro. Eso me da muchos ánimos e intento prolongar lo máximo estas buenas sensaciones. Prácticamente saliendo del parque veo como empieza a meterse una nube que me da sombra e incluso cae alguna gota que sirve para refrescarme, pero estas gotas esporádicas dan paso a chaparrones de los buenos que me calan hasta los huesos. La verdad es que no me importa mojarme, voy contento bajo la lluvia pensando que así pasaré menos calor en la bajada, en ningún momento imaginé lo que se me venía encima.

Mirada atrás antes de que la nube se tragase el volcán


Debido a la lluvia caída, los últimos 10 kilómetros de la ruta se habían convertido en una trampa mortal. No se parecen en nada a cómo los había dejado yo unas horas antes. Los senderos de roca pulida, no sé si coladas de lava de otro tiempo, eran puras pistas de patinaje. Era imposible avanzar de forma rápida y segura por esos caminos. Y cuando llevas 50 kilómetros encima no te apetece nada andar jugando a caerte en el medio de la nada. Esto hace que baje mucho el ritmo y empiezo a dudar de si llegaré a tiempo para comer el chuletón con Laura en los cristianos. Cuando pasa la zona de senderos de piedra lavada, yo pensé que ya estaba hecho, pero resultaba que las pistas de tierra también estaban impracticables, se habían transformado en un barro duro en el que las zapatillas no agarraban nada y que provocó que incluso me cayera dos veces, poniéndome bonito de barro de los pies a la cabeza. Al menos no me había hecho daño, había sido un daño más en el orgullo que otra cosa. Tantas horas corriendo por el monte sin ningún imprevisto y me va a quedar mal sabor de boca por culpa del final. Lo cierto es que llegué muy mosqueado al coche, pero ahora mismo, días después de haber terminado tampoco parecía tanto infierno, ahh, nuestra querida memoria selectiva hace bien su trabajo.

Dándonos un caprichito

Al final salieron casi 12 horas para 58.60km y 8.000m de desnivel acumulado, de las cuales 10 horas 40 minutos fueron en movimiento. Mucho de ese tiempo perdido fue mirando el track, la próxima vez lo meto en el reloj además de en el móvil. Sin duda este tiempo es muy mejorable conociendo la ruta y yendo un poco rápido, pero yo estoy contento con él porque mi idea era hacer un entreno de calidad para Travesera y sin duda en una carrera, en un entorno controlado, lo hubiera rebajado bastante.

https://www.strava.com/activities/970610455

Ahora ya solo queda recuperarse para otra, y qué mejor que tirarse en la tumbona para cargar las pilas a tope!

Pensando en la siguiente