sábado, 25 de febrero de 2017

Intento en la Norte de Ubiña Pequeña

Aprovechando las previsiones de buen tiempo que tuvimos estos últimos días hicimos una escapada rápida entre semana hasta Torrebarrio para subir la Ubiña Pequeña. El plan no estaba cerrado y la idea era subir por uno de los corredores de la cara noroeste, como no hay mucha información sobre la Ubiña Pequeña de ahí esa idea de improvisar un poco una vez estuviéramos allí.

Llegamos a última hora de la noche al Rebezo y nos pusimos a cenar algo para intentar meternos temprano en cama, ya que al día siguiente los levantaríamos a las 5:30. Le dijimos al guarda (nunca recuerdo su nombre) que no era necesario que se levantase, podía dejarnos el desayuno servido ya por la noche como en otras ocasiones y nosotros por la mañana calentaríamos lo necesario. Mala idea, se olvidó de dejarnos el café, té y/o colacao. Menos mal que teníamos una tableta de chocolate para darle sabor a la leche... empezamos bien.

El día era espectacular, en el pueblo no soplaba nada de viento, y ni siquiera hacía mucho frío. Empezamos a subir la pista que va hacia Ubiña con muchas ganas porque además ya íbamos tarde con respecto al horario, nos habíamos retrasado un poco en el desayuno. Llegando al collado de Llandanay nos precipitamos a la hora de salirnos del camino para ir a la Ubiña pequeña, ya que además todavía era noche cerrada y eso no ayuda a la orientación, teniendo que hacer pequeños reajustes durante el resto de la aproximación para corregir ese error.


La cara suroeste de Peña Ubiña

Según va amaneciendo comprobamos lo pelada que se ve Peña Ubiña, se ve mucho más cargada la pequeña y qué decir de la zona de enfrente de Babia y Somiedo, aquello sí que tiene un buen manto blanco.


Atravesando un pequeño alud

El estado de la nieve parecía bastante bueno hasta que llegamos al Collado del Ronzón, donde la nieve se tornaba imprevisible, algunos metros permanecía dura, luego blanda, luego aparecían 10cm de polvo en la superficie...


Estudiando Peña Ubiña Pequeña

Con la pequeña a la vista empezamos a imaginar líneas para llegar a cumbre, nos decidimos por la zona central de la cara norte que aparenta tener más pendiente que el resto de palas de la misma cara y además aflora bastante roca por lo que pensamos que podemos encontrar pasos de mixto.



Llegando a la base de la pared

Desde abajo no podíamos apreciar si habría salida por la izquierda del resalte, por lo que convinimos que si el paso de la izquierda era demasiado precario rodearíamos el resalte y continuaríamos por la zona que presentaba discontinuidad en la nieve.


Detalle de la vía que intentamos subir

 Sin embargo, ni siquiera llegamos a tener que tomar la decisión entre ir por la izquierda o ir por la derecha ya que debido al estado de la nieve, que no ofrecía ninguna consistencia desde que habíamos entrado en la sombría cara norte, nos hizo desistir de avanzar con garantías. Así que de la segunda reunión, que montamos con un par de pitones, rapelamos deshaciendo lo andado.


Blue day

Volviendo al coche iba un poco fastidiado pensando en no haber hecho cima con el gran día que tuvimos y en que quizá debimos subir por un sitio más fácil sobre el que hubiéramos visto alguna reseña. Pero como se suele decir, de todo se aprende, y me he dado cuenta de las dificultades a las que se exponen los aperturistas, ya que aunque lo nuestro era más improvisación que otra cosa, cambia mucho cuando has visto un croquis o incluso un vídeo de la vía a cuando la única información que tienes para subir es la que puedes extraer por ti mismo a simple vista.

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