domingo, 7 de agosto de 2016

DesafiOSOmiedo

Abro un paréntesis en la serie de entradas que estaba publicando sobre el viaje a Alpes para contar la última aventura vivida sufrida. El año pasado se me metió entre ceja y ceja que en 2016 tenía que correr un ultra, le tenía echado el ojo a la Travesera y quería correrla porque conozco parte del recorrido y me parece espectacular, así que me apunté al sorteo para ganar la inscripción. Sin embargo la suerte no acompañó por lo que hubo que buscar un plan B. Había otra carrera del estilo de la que Pocholo me había hablado mil maravillas y de la cual por suerte todavía estaba abierto el plazo de inscripción al sorteo, se trataba del DesafiOSOmiedo. No tenía muchas esperanzas de conseguir plaza, después del bajón de la Travesera no quería hacerme ilusiones, por eso la alegría fue doble cuando me enteré de que me había tocado y que podía correrla. Iba a tener que retomar los entrenamientos muy seriamente si quería terminar con garantías porque no se trataba de una carrera fácil, al final salen unos 86km con 10.000m acumulados de desnivel, una buena broma. Además, a David Senra también le había tocado una plaza por lo que no tendría que ir solo hasta allí.

Perfil del UTDS

Son muchos meses de preparación, tantos que al principio estás seguro de que en ese tiempo puedes preparar hasta el UTMB si te diese la gana, pero la verdad es que el tiempo pasa rápido y en cuanto te das cuenta estás a dos semanas del reto. Especialmente en mi caso que también estaba preparando la expedición a Alpes tres semanas antes. Las fechas no cuadraban muy bien pero es que la idea era obtener plaza para la Travesera, que se corre a principios de junio.


Mapa de la prueba

Como todos los alojamientos de Pola de Somiedo, que es de donde sale la ultra, estaban completos desde el primer momento que me puse a mirar finalmente tuvimos que alojarnos en El Aposento de Babia de Quintanilla de Babia, tanto David como yo quedamos muy contentos del trato recibido allí pero estar a media hora de coche de la salida de la carrera es bastante incómodo, si vuelvo por allí ya me preocuparé de tener plaza en el pueblo.

Nuestra base de operaciones

Sin ser demasiado consciente de a lo que me enfrentaba el día 29 estaba recogiendo a David en Matogrande. Nos esperaban 3 horitas y media de coche pero íbamos con muchas ganas. Tras pasar por la casa rural nos vamos para Pola a recoger la bolsa del corredor y asistir a la charla técnica. La bolsa del corredor era la mejor que había visto en mi vida sin lugar a dudas, y qué decir de la charla técnica, espectacular. Habían grabado un vídeo con el Google Earth e iban comentando de forma detallada todo el recorrido, además al ser en 3D quedaba muy realista.

Charla técnica

Al terminar volvemos de nuevo para Quintanilla y cenamos un poco de todo, pasta, ternera, puré de patata... todo buenísimo. Discutimos un poco la hora de levantarnos y nos vamos para cama habiendo dejado las cosas más o menos colocadas. Al día siguiente nos levantamos para desayunar y vestirnos y casi por sorpresa nos dan las 6 de la mañana. La salida era a las 7 y todavía teníamos que llegar al pueblo y aparcar. Por el camino se nos cruza un perro que por suerte esquivo pero eso nos puso el corazón a mil y todavía no habíamos empezado a correr jajajaja
El ambiente de la carrera es espectacular, todo el mundo parece mejor preparado que tú, mejor equipado que tú... realmente intimida.

Salida

Dan la salida y empezamos a subir carretera arriba, a veces asfalto y otras pista hasta que nos metemos a la izquierda camino de La Peral. De repente alguien dice "llevamos una hora", joder qué rápido se me ha pasado esta hora, ojalá sean todas igual. Hasta el primer avituallamiento, sobre el km8, David y yo vamos juntos. Es aquí donde le digo que yo voy a ser más conservador con el ritmo porque es mi primera ultra y no quería jugármela, me daba igual terminar media antes que después. Y así van pasando los kilómetros, aparece el segundo avituallamiento y se ven a lo lejos las siluetas de la gente encima del Cornón. Impresionante, ¿hay que subir todo eso? Solo ahí había 700m+ del tirón, aunque la verdad los hice muy bien, adelantando gente continuamente, por mí podían venir más cuestas, me encontraba pletórico. Llegamos a la cima y empieza la bajada, aquí hay que ir con cuidado, no es muy técnica pero sí larga. Siguen pasando los kilómetros y el sol empieza a apretar, todo el mundo se queda sin agua, incluido yo, y noto que tengo los labios agrietados, necesito beber cuanto antes. De esta forma llegamos al avituallamiento del puerto, yo llego completamente deshidratado, estos últimos 3km han sido horribles, diría que por encima de los 30º.

Avituallamiento del Puerto

Me obligo a beber y a comer, aunque no sé qué tomar, no me apetece nada de lo que veo. Pruebo con el melón y me sabe a gloria así que sigo comiendo melón. No sé cuánto melón pude comer, estaba en una especie de trance comiendo melón, hasta que en un momento me digo que no puedo seguir comiendo, que aún falta mucha carrera y puede sentarme mal tanto melón. Desde que lo pensé todavía debí tomar 10 pedazos más, era imposible parar. Salgo fuera y tras caminar unos minutos me pongo a trotar, no llevamos ni 30 km y esto ya está siendo duro. Parece que me recupero y hago unos cuantos kilómetros sin mayor importancia. Empezamos a subir poco a poco y la gente está tirada por los senderos, mucha gente abandonando, menuda sangría.

Cuando todavía podía correr

Yo voy bien, por suerte parece que me he repuesto con el melón así que sigo pasando gente. Pero bajando al Valle del lago aparecen unas sensaciones familiares muy desagradables, me empiezo a encontrar mal de la barriga, noto como algo se mueve en el estómago y en pocos kilómetros tengo que caminar porque no me deja correr. Llego al valle del lago y todo el camino hasta el siguiente avituallamiento lo hago caminando.

Arca en el avituallamiento del Lago del Valle

En Lago del Valle estaba la mochila que podíamos dejar a la organización con ropa y calzado, yo como no tenía ninguna queja de los pies ni rozaduras en ninguna parte del cuerpo no toco nada. Del lago del valle salgo caminando también e intento trotar en los llanos a un ritmo muy bajo, si intento ir rápido el estómago me duele, así que voy lento pero me doy cuenta de que a esa velocidad puedo terminar por lo que una vez asumido que no voy a hacer un gran tiempo me tranquilizo, el objetivo es terminar. Todavía no llevamos ni la mitad de la carrera, qué duro está siendo esto. Más o menos por aquí es donde conozco a Luis, un chico de Madrid que hace triatlón. Él también tiene problemas y no puede correr pero camina rápido como yo así que empezamos a avanzar juntos. Me ha salvado la vida, iba pensando en mis cosas, en mis problemas de estómago, etc, por un tiempo hablar con él me evade de todo eso. Terminaríamos entrando juntos en meta, muchas horas después.

Poco a poco vamos avanzando y llegamos a la farrapona. Después de este avituallamiento quedaba la subida a los bígaros, para mucha gente lo más duro de la carrera. La verdad es que nosotros no tuvimos ningún problema subiendo, como no podíamos correr íbamos muy bien de fuerzas. La subida me pareció espectacular, iba esperando por Luis que no tenía mucha experiencia en alta montaña. La arista si no estás acostumbrado a estar colgado tiene su cosa, bastante ambiente para algo que te encuentras con 50km encima. La bajada de los bígaros es muy exigente física y articularmente, aquí me empieza a doler la rodilla izquierda y el tobillo derecho, un gran calvario porque a estas alturas la barriga ya no me dolía pero seguía sin poder correr esta vez por culpa de la rodilla. Seguimos progresando poco a poco, con nuestro ritmo de señoras que salen a caminar por el paseo marítimo y llegamos a Saliencia, no me lo puedo creer. Cada vez estamos más cerca de cumplir el sueño de terminar. Aquí sigo con mi dieta a base de melones, a esto le sumo medio vasito de CocaCola por recomendación de Luís que fue lo que me asentó el estómago en el final de la carrera, gracias por los consejos!

Empezamos la penúltima cuesta, vamos con muchos ánimos porque la organización había dicho en la charla que es un tramo bastante duro donde alguna gente se da la vuelta, es cierto que se hace duro y largo pero nosotros subimos a toda pastilla. La bajada nos costó mucho más que la subida, pero poco a poco vamos descendiendo y por fin llegamos al avituallamiento de Arbeyales. Estamos hablando señores del km 70. Durante toda la carrera habíamos dicho que si llegábamos a este kilómetro tendríamos la carrera en el bolsillo, porque luego ya solo quedaba una cuesta para arriba seguida de 8km cómodos que bajaban hasta Pola. Estábamos muy cansados y con muchas ganas de llegar y a mí se me hizo muy dura la subida, la más dura de toda la carrera. Además en la bajada tuvimos que sacar el frontal y a mí me fastidió bastante porque el objetivo que nos habíamos marcado David y yo para terminar la carrera era terminar de día, por tanto eso supuso una pequeña derrota.

De repente vemos un cartel que pone 5km, luego otro que pone 3km. Esos 2km intermedios habían sido un mundo para nosotros, íbamos controlando el tiempo para intentar llegar en menos de 16 horas, vamos avanzando esta vez trotando y vamos acercándonos a Pola hasta que ya la vemos a lo lejos, avanzamos por una carretera ahora y de repente vemos el desvío a la izquierda con un cartel que dice 1km. Ese kilómetro lo corremos  más rápido que cualquiera de los últimos 50, hay mucha gente por las calles, todo el mundo aplaude, todos animando y así llegamos a meta. Nos abrazamos, nos sacan unas fotos y veo a David, hablamos un poco y me voy a beber y comer algo. Por fin hemos llegado, ha sido extremadamente duro, el no poder correr y empezar a sufrir durante un kilómetro tan temprano ha puesto mi mente a examen. Me entero de que Arca ha ganado la carrera y eso me da un subidón, cómo me alegro por él.

Luis y yo en meta

Esa noche fue horrible, prácticamente no pegamos ojo, estábamos tan cansados que nos dolía hasta estar tumbados. En cuanto amaneció dimos gracias por ello y rápidamente nos levantamos, era un suplicio estar acostado. Desayunamos, y nos vamos para Pola a ver la entrega de premios. Llegamos temprano así que nos da tiempo a dar un paseo, a tomar un café, a seguir comentando la carrera... Yo tenía la rodilla fatal, pero veo que no soy el único, nos cruzamos con muchísimos corredores que van rígidos como robocop, ya sabéis lo que se dice: mal de mucho consuelo de tontos.

Entrega de premios

Y así ha pasado mi primera ultra, más duro de lo que esperaba en mis peores pesadillas pero una semana después tampoco parece para tanto, qué malas jugadas nos hace la memoria, le gusta que tropecemos una y otra vez en la misma piedra porque yo esa noche al terminar dije que ni loco me apuntaba a otra carrera semejante, pero al día siguiente ya estaba mirando la web del UTMB buscando carreras que puntuasen.

David y yo con Fernando Arca

Para terminar os dejo un vídeo muy currado que han creado sobre esta edición de la carrera, yo me quedo pensando si intentaremos volver el año siguiente...



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